(Por Jorge Pérez S.)

image001Un avión De Havilland Dove (vuelo”caletero”) procedente del norte y llegando desde Ovalle, con ocho pasajeros, aterrizó normalmente en Los Cerrillos. Terminada su carrera, inició su rodada hacia la losa y al lugar, que el Despachador con señales de mano, le indicaba.

Recién iniciado el viraje a la derecha para enfrentar al Despachador, se cortó el cable que abre la válvula que entrega el aire comprimido a los frenos. En un acto instantáneo, le grité al despachador: ¡ ATAJAME ! (La pedida de “atajar” que hice al Despachador era en conocimiento de la baja velocidad y de lo sencillo que me parecía el haber “atajado” la punta del ala derecha para que el avión torciera a ese lado).

Mientras, en otro acto instantáneo, Lautaro Hauyon, mi copiloto, accionó la “gang bar”, que esta a su lado, y cortó las cuatro magnetos que detienen los motores. El avión continuó consumiendo su inercia, y sin ninguna posibilidad de cambiarle su dirección ni su constante y lenta velocidad, se estrelló contra la parte delantera de una camioneta, estacionada junto a la torrecilla que sostiene el faro del aeropuerto, rompiéndole el radiador. El ala izquierda del De Havilland golpeó la “pata” nor-este de la torrecilla y la torció.

Esta torrecilla, que aquí se menciona y que ahora no existe, es reliquia de una época en que los aeródromos, tal como los puertos de mar, tenían faros con señales luminosas para identificar los aeródromos. El de Los Cerrillos giraba y emitía en Morse la señal T I A, cuando las condiciones meteorológicas permitían el vuelo visual al aeródromo. Cuando las condiciones eran marginales, la luz apuntaba al cenit.

El de Havilland Dove era triciclo con una rueda delantera que no tenía ningún control manual desde la cabina. Los cambios de dirección del avión, durante la rodada, se tenían que efectuar con la acción de los motores y el desplazamiento de los pedales. Sin frenos los virajes solo eran posibles con la aceleración de uno de los dos motores; y de efectuarlos, los harían a lo largo de una circunferencia de un radio muy amplio.

La rueda de nariz era libre y apuntaba hacia atrás. Las ruedas del tren de aterrizaje giraban con mucha facilidad. El avión estacionado sin freno o sin cuñas, dado a su condición de triciclo, abandonaba su posición ante cualquier pequeño desnivel

El Dove no poseía sistema hidráulico. Los sistemas de bajada y subida del tren de aterrizaje y de los frenos de las ruedas principales eran accionados por aire comprimido. Para su actuar tenía un compresor de aire y de una botella que lo almacenaba, ubicada debajo del asiento del piloto.

Durante el vuelo, cuando se realizaba la operación de bajada del tren de aterrizaje, esta se ejecutaba tan rápida y ruidosa que parecía explosiva. Más de una vez se quejó un pasajero diciendo que el avión había tocado un cerro con la punta del ala. Especialmente cuando aproximando a Auco (el aeródromo de Illapel), se rodeaba un cerro que ocultaba la cancha, en el momento de la bajada del tren de aterrizaje.

El freno neumático era muy efectivo y se operaba accionando una pequeña palanquita – no mas larga que el pulgar –; esta  sobresalía de un hueco en el centro del volante del Capitán (el volante de la derecha no tenía freno). El eje de esta palanquita estaba oculto dentro del volante, como también estaba oculto el otro extremo de la palanquita de la cual nacía el cable de hilo de acero trenzado, que bajando dentro de la columna de control, accionaba la válvula del freno.

La operación del freno se efectúa apretando, intermitentemente, la palanquita, con el pulgar de la mano derecha que toma el volante, que  tiene la forma de una W. El frecuente movimiento de flexión y deflexión que sufre el cable trenzado durante la operación del freno, hizo que uno a uno se fueran cortando los hilos de acero del cable hasta el momento que se cortaron los últimos que no soportaron la tracción y dejaron al  avión sin frenos. Por el hecho de estar todo este mecanismo oculto, era imposible ver el estado del cable del freno

La operación principal del avión De Havilland Dove, era la que llamábamos “caletero” a Arica. Operación que llegaba a requerir hasta once aterrizajes en un día. Todos los cuales debían recorrer, en tierra, largas distancias con varios virajes. Es fácil comprender el desgaste que sufría este cable, que a mi parecer, era muy semejante al que tienen los frenos de las bicicletas.

El sumario de este accidente lo efectuó el Comandante Sr. Alfonso Cuadrado. No hubo culpabilidad de la tripulación. No hubo lesiones a los pasajeros. Solo hubo daños materiales, que fueron cancelados a Fach, y los costos de reparación al avión que significaron para Lan, o los seguros.

La Fabrica de Havilland se mostró sorprendida por una falla que le parecía imposible. Se revisaron los sistemas de frenos de los aviones de Lan y se encontraron algunos con cortaduras en hebras de los cables.

Como todo el accidente fue lento y sin ruidos exagerados, los pasajeros bajaron calmadamente del avión. Tal como si se tratara de un vuelo normal. El área de la puerta estaba completamente despejada

El Jefe de Operaciones, Don Marcial Arredondo, que se hizo presente en el lugar de los acontecimientos, se refirió a la velocidad de taxeo y dijo que esta es la velocidad de un peatón.(5 kms. por hora). Quizás creyó que el accidente se debió a una velocidad de taxeo excesiva. Cosa que no ocurrió. – Me hizo pensar en los aviones que él voló en sus comienzos. No tenían frenos, pero sí un fierro en su cola que por fricción con el suelo controlaban su velocidad.

Con mi amigo Lautaro analizamos este accidente y coincidimos en que si este nos hubiera ocurrido en Tuqui (Ovalle), de donde veníamos, nos habríamos enfrentado a un accidente fatal. La cancha esta en una meseta rodeada por una quebrada en tres de sus costados el avión, sin sus frenos, habría continuado su carrera hacia un precipicio que lo enfrentaba. Si hubiera intentado un carrusel a la derecha, con solo el motor izquierdo, el viraje sería tan amplio que también enfrentaría una quebrada. Si el carrusel se hubiera intentado hacia la izquierda, el avión se habría estrellado con el hangar (el mismo hangar con el que se estrelló un DC-3 de Lan).

No pensamos en la subida del tren de aterrizaje. No sé si será posible en un sistema de aire comprimido. Afortunadamente no tuvimos que afrontar esa remota situación!


0 Comments

Agregar un comentario

Avatar placeholder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *