(Por Julio Matthei Sch.)

Las malditas circunstancias “adornadas” con factores particulares o acumulados, suelen sellar la suerte de la operación de un vuelo, independiente que la experiencia del piloto sea  de 250, 2.500 o de 25.000 horas de vuelo.  El grado de precariedad de la ubicación de determinados aeródromos, sus insuficientes ayudas, las  especiales y a veces adversas condiciones atmosféricas  que predominan en su entorno ya suelen ser, de partida, condiciones y circunstancias que anidan permanentemente un germen de posibles incidentes o incluso desastres. Sin olvidar que en la cadena de eventos de un incidente o accidente, el factor humano siempre será, en la mayoría de los casos, el eslabón más débil.
Lamentablemente son visiones objetivas que se pierden en la maraña de justificaciones y argumentos de defensa, del prestigio de una determinada autoridad o en cuanto a la calidad y ubicación de las instalaciones o el funcionamiento perfecto y mantención  de la aeronave, etc., para arremeter contra lo que se tiene más a mano y es más vulnerable, el piloto – siempre y cuando no haya tenido la desgracia de no sobrevivir a esas “malditas circunstancias.” Incluso en ese trágico evento, tampoco suele escapar a una crítica de la cual ya no puede defenderse.

Ya se vio en el accidente del 2 de Septiembre de 2011 del avión CASA 212 de la FACH en Juan Fernández. El análisis de  las evidencias científicas obtenidas de la simulación en un túnel de vientos,  dieron como  la más probable causa del accidente, el ingreso del avión a una zona de windshear de una desconocida, inesperada y altísima intensidad, nunca antes registrada en ese preciso lugar de la trayectoria del avión. Sin embargo hemos sido testigos del lamentable e irresponsable festín que algunos pretendieron darse  con el supuesto negativo historial de la tripulación de vuelo y con la supuesta falta de idoneidad de la institución que la formó. Quedar súbitamente invertidos a una altura de tránsito por un fenómeno altamente anormal de viento arrachado, no sólo no era previsible sino era absolutamente imposible de barajar aunque  hubiese estado a los controles el piloto más experimentado y diestro del mundo.

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Consecuencia de la “maldita circunstancia” que afectó al B 737 en La Florida

El otro caso reciente, el de un B-737 en La Serena, apunta en la misma dirección. Cuántos años se está discutiendo la relocalización del aeropuerto de La Serena cada vez más inmerso en el área urbano de la ciudad? El proyectado aeropuerto en Tongoy para las ciudades de Coquimbo y La Serena sigue durmiendo el sueño de los justos. Según la prensa, nos informamos que el Sr. Raúl Sanders, presidente de los empresarios de Tongoy estima que: “La Serena ya no cumple con la seguridad ni con necesidades de la región en infraestructura aérea”.  Incluso, que el Concejo de Coquimbo habría pedido detener la ampliación del aeropuerto La Florida y que se reestudie el proyecto de Tongoy. Por su parte, el seremi del MOP, Luis Cobo, explica que recién en 2016 se retomará el análisis sobre un nuevo aeropuerto.” Mientras tanto se están invirtiendo otros $ 2. 700 millones en el “mejoramiento” del aeródromo La Florida.

El caso del aeródromo de La Florida es conocido por varias generaciones de pilotos, desde los DC-3 hasta los B-737, pasando por el CV 340, el DC-6 y el F-27 entre otros. El uso de la quebrada de Santa Gracia como “carretera” de acceso en condiciones visuales desde el norte e interior, era y sigue siendo una alternativa habitual de aproximación visual a la pista 30.

El vuelo 101 de SKY AIRLINE del día 18 de Julio 2012, procedente de Antofagasta, siguió exactamente esa archi-probada rutina. Sin embargo esta vez, si bien desde la Torre de Control se observaba buena visibilidad, el comandante Hipólito Gaytán (iniciado como piloto en LAN en 1965) en su B-737-200 se enfrentó desde el aire con una situación de visibilidad muy distinta. La pista que se veía a la distancia con claridad se fue ocultando a medida que se acercaba con su avión al suelo por la presencia de bancos de niebla iluminados de frente por el fuerte resplandor del sol al atardecer. La súbita pérdida de vista de la pista obligó a una maniobra decidida de corrección con resultado del toque de la rueda derecha del tren y roce de la punta de ala derecha con la superficie de la pista.

Verificada la condición meteorológica adversa, el comandante frustró el aterrizaje y se dirigió a su alternativa, el aeródromo de Copiapó (Caldera).

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Un  modelo de avión distinto, de una prestigiosa compañía extranjera, en actitud real similar y en condiciones totalmente despejadas

Posteriormente el comandante manifestó a la prensa que “el daño que sufrió el avión no nos fue aparente en ningún momento, porque el avión siguió comportándose en forma totalmente normal, no quedó volando para un lado, el flap se retraía y el tren funcionaba. De hecho, cuando aterrizamos en Copiapó todo fue totalmente normal, bajó el tren y todo”. Aseguró que no se percató del impacto y que “la mayoría de los pasajeros tampoco”. Más tarde precisó, “afortunadamente, los pasajeros, -104 personas, más la tripulación- no sufrieron impresión ni se dieron cuenta, sino que ellos al bajar notaron el daño en un ala. Incluso, nosotros mismos, yo y el copiloto, no lo notamos”.

Independiente de la investigación de rigor, que hará tanto la empresa como la DGAC, ésta adelantó que “Sky trabaja con los estándares de seguridad que establece la DGAC y es sometida permanentemente a fiscalizaciones por áreas”. Además habría que agregar que los pilotos que se desempeñan profesionalmente en nuestro país, tanto civiles como militares, lo hacen bajo los estándares nacionales e internacionales más exigentes de modo que son una garantía tanto para su desempeño en la defensa nacional como en el ejercicio de sus funciones en el campo de nuestra aviación comercial.

Los incidentes en la aviación suelen ser más o menos espectaculares, según el nivel de intensidad mediática que adquieran o el impacto que causa la pérdida de vidas humanas. Por otra parte, una seguidilla de eventos de este tipo tomará cada vez una relevancia mayor en los medios, apuntando precipitadamente a un supuesto “patrón” de deficiencias.

Hay que reconocer sin embargo, que lo que vio el público desde las instalaciones del aeródromo La Florida fue naturalmente más espectacular  de lo que experimentaron los pilotos y pasajeros dentro de la aeronave, a juzgar por las exclamaciones grabadas en el video de un “cazanoticias” enviado a Chilevisión

http://www.chilevision.cl/home/content/view/428532/881/


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