Con motivo de esta conmemoración, el Museo Aeronáutico y del Espacio editó el libro “El avión Bristol M1C” cuyo autor es Mario Magliocchetti Oleaga, que no solo nos relata la historia del avión Bristol M1C sino incluye también  su presencia en la aviación chilena y su participación en la travesía de los Andes, particularmente la de Dagoberto  Godoy.

Nos permitimos reproducir parte del referido libro con detalles de la historia de la hazaña del Teniente Dagoberto Godoy:

“En entrevista concedida el miércoles 12 de diciembre de 1951 al Diario El Imparcial, Dagoberto Godoy cuenta los pormenores de la preparación para el vuelo. “Mis mejores guías –nos dijo- y sería ingrato si no los recordara, fueron los arrieros de Puente Alto. Ellos hicieron de meteorólogos. Informándome de las características del tiempo en la cordillera. Nuestra incipiente aviación no tenía entonces un servicio de meteorología que pudiera ayudarme en mi empresa y entonces recurrí a estos esforzados hombres. Yo sabía que mi peor enemigo era el viento y había que espiarlo hasta en sus menores pasos. A esos arrieros encomendé tal misión y ellos fueron precisos en los informes. Me dijeron que las primeras ráfagas aparecían más o menos a las 9 de la mañana. Entonces no quedaba otra cosa que madrugar y así lo hice…”

Concurrió al Ministerio de Guerra para entrevistarse con el Ministro Enrique Bermúdez y solicitarle formalmente autorización para el vuelo y el que un avión militar cruce la frontera. Dartnell presentó su planificación y destacó la urgencia de realizar el vuelo lo antes posible. Ante dudas del Ministro, le aseguró que él se hacía responsable de cualquier situación que pudiera presentarse. El Ministro dio su conformidad y se acordó no dar a conocer los preparativos a la prensa. El paso de aviones de un país a otro no estaba reglamentado en ese entonces, aunque se había discutido el punto en la Conferencia Panamericana de 1916, pero hasta la fecha no había legislación internacional al respecto.

El 11 de diciembre Godoy esperaba en los pasillos del Ministerio y a eso de la cuatro de la tarde fue llamado a la oficina del Coronel Dartnell que le comunicó que se tenía el permiso del Ministro y que solo faltaba establecer la fecha de partida. Dartnell le preguntó cuándo estaría listo a lo que Godoy respondió que de inmediato al día siguiente. El coronel Dartnell lo despachó para que se trasladara a El Bosque y preparara el vuelo con instrucciones de no dar a conocer la noticia excepto a los militares. Las mismas instrucciones habían sido dadas al Director de la Escuela, el Mayor Carlos Lira. De esta forma solo fueron advertidos el Mayor Huston, los ingenieros Solano y Andrade y el mecánico Miguel Cabezas.

Huston y su equipo trabajaron hasta las 10 de la noche preparando el Bristol C4988 seleccionado para el vuelo y Dartnell se trasladó a La Cisterna para estar presente a las 5 de la mañana hora fijada para el despegue.

El 12 de diciembre las preparaciones comenzaron a las 3 de la mañana, cuando el Mayor Lira, Huston y los mecánicos cargaron el avión con combustible y aceite, realizando la última inspección del C4988. A las 3:10 Lira despertó a Godoy el que desayunó, vistió un uniforme nuevo y la gorra blanca compradas para la ocasión y guardó el mensaje que el Coronel Dartnell había escrito para sus congéneres argentinos.

En palabras de Godoy según la entrevista del Diario El Imparcial de diciembre de 1951:

“…Fue el día 11 de diciembre de 1918 cuando recibí la autorización del Gobierno para emprender el vuelo. Esa misma noche, nervioso frente a la aventura que iba a emprender a la madrugada del día siguiente, me dirigí a San Bernardo para despedirme de mis amigos. Luego me recogí a la Escuela y a las 3:10 horas de la mañana del día 12, mi Comandante Carlos Luis Lira Quintanilla golpeó la puerta de mi pieza y luego de abrirla me dijo: ¡Godoy arriba! Me vestí rápidamente y salí al exterior en busca de mi máquina, un Bristol de 110 caballos de fuerza. A esta hora reinaba una completa obscuridad y las estrellas brillaban en lo alto mientras yo las contemplaba con infinitas ansias de acercarme a ellas, en tanto me preparaba para subir al monoplano, pensando en mi patria y en los hermanos Carrera.

Tuve que esperar cerca de dos horas para que aclarara bien y se despejara el cielo y mientras tanto una profunda emoción embargaba mi espíritu. Toda la dotación de la Escuela, jefes, oficiales y tropa se habían levantado antes del toque de diana para despedir al compañero y desearle buena suerte en su empresa, que todos sabían que soñaba realizar desde hacía ocho años, cuando el piloto civil peruano, Jorge Chávez, había atravesado el 23 de septiembre de 1910, los altos picachos de Los Alpes en Italia.

Todos ellos se movían a mí alrededor con incontenible inquietud. La nerviosidad que los invadía en esos instantes era doblemente justificada. Se jugaba en mi intento la suerte de un amigo y el prestigio de la aviación chilena. Las siluetas de estos compañeros de armas en la penumbra de la madrugada provocaban en mi profunda ansiedad. Quería recordarlos y no podía; pero al fin la bruma empezó a levantarse y poco a poco fueron haciéndose más nítidas las siluetas hasta una vez que el cielo estuvo despejado pude irlos distinguiendo a todos, uno por uno…”

El Sargento Barrientos le entregó una botellita con Ginger Ale y coñac con una cuerda que Godoy se puso en el cuello y que sería el apoyo durante el trayecto. No llevaba oxígeno y la única salvaguardia era el entrenamiento que había seguido en vuelos de altura. Entre cuatro y cinco de la mañana, ya con luz, puso en marcha el motor para probarlo. Cortó la chispa y lo encendió de nuevo, inició el rodaje y despegó. A 40 m de altura pasó por la guardia de la Escuela donde estaba el Coronel Dartnell y comenzó una montada en espiral hasta los 4.000 m. Como protección contra el frio solo tenía su uniforme, el capote y papel de diario con que se había forrado el pecho.

En palabras de Godoy en su entrevista al Diario El imparcial en 1951: …“Entonces a las 5:10 horas subí a la máquina y minutos después despegue con rumbo a Mendoza. Sobrevolé primero San Bernardo pasando por sobre los Cerros de Chena y luego dirigiéndome al norte por sobre el camino de Santa Rosa, viré hacia el oriente para internarme en definitiva en el macizo andino por entre las cumbres más altas de los primeros contrafuertes de San Ramón, hasta perder la visión del territorio chileno… “.

Tomada altura, enfiló hacia el San Ramón frente a Santiago y media hora más tarde a 5.000 m bordeaba el Tupungato. El Bristol a una velocidad de entre 180 y 190 km/hr montó a los 6.000 m.

Continúa Godoy en su entrevista de 1951:

“…Mi vuelo continuó sobre un verdadero oleaje de montes y picachos cubiertos de nieve, que originaron en mí una sensación indescriptible al contemplarlos por primera vez desde la altura. El tiempo se presentaba magnífico y me permitía mirar el soberbio paisaje cordillerano mientras sentía la enorme satisfacción de llevar la representación de Chile en una empresa que con seguridad, debía causar sensación en todo el mundo, porque abría a la aeronavegación universal todas las rutas de la tierra…”.

Pasados los picos mayores y al comenzar los faldeos en Argentina, siguió la línea del ferrocarril transandino y comenzó a descender. Cortó el blip de encendido para perder altura, recordemos que los rotatorios tenían dos regímenes, full potencia o detenido. Al dar energía al motor rateó, aparentemente la bomba de combustible no funcionaba adecuadamente por lo que recurrió a la bomba manual. Siguió un río que supuso sería el río Mendoza y algunos minutos más tarde pudo percibir la ciudad entre la bruma. En ese momento su estanque estaba vacío. La baja visibilidad no le permitió encontrar la cancha de Los Tamarindos y planeo hacia el este para ubicar lo más pronto posible un campo despejado donde aterrizar. Atravesó Mendoza a baja altura y pasadas las últimas casas divisó un potrero más o menos despejado.

Con el motor detenido, sin combustible y planeando sentó el Bristol, pero impactó un obstáculo en tierra y el avión se detuvo bruscamente, bastante dañado. Godoy solo tuvo contusiones menores.

En las palabras de Godoy en su entrevista de 1951: “… Después de una hora y tres cuartos de un vuelo maravilloso que ni la más leve ráfaga de viento dificultó el paso de la máquina sobre la cordillera, logré aterrizar en Lagunillas, más allá de Mendoza, donde quebré al tocar tierra el tren de aterrizaje del avión. Pero este accidente nada representó para mi ante la inmensa satisfacción que sentí al ver realizado mi viejo anhelo…”.

La gente del lugar que acudió de inmediato dio vivas cuando les indicó que venía desde Chile. Fue informado que se encontraba en un sector llamado Lagunillas. A continuación llegaron desde Mendoza autoridades, militares y ciudadanos, que lo recibieron con entusiasmo y fue llevado a la ciudad, donde informó por telégrafo a El Bosque su arribo y el éxito del vuelo.

A las siete, el Director de la Escuela recibió el telegrama anunciando que Godoy estaba aterrizado en Mendoza. El Mayor Lira ordenó suspender las actividades y se organizó una gran celebración en honor a Godoy. Santiago recibió la noticia por los pizarrones en las puertas de los principales diarios de la ciudad, lo que desató una ola de entusiasmo.

El Cónsul de Chile en Mendoza informó de la llegada de Godoy al Ministro de Relaciones Exteriores y Godoy a las 9:20, fiel a las instrucciones del Inspector General envió un telegrama al Ministro de Guerra, informando su arribo a Mendoza y a continuación al Presidente de la República Argentina: “ Al llegar a Mendoza a las 06:35 horas, después de cruzar Los Andes a 17.300 pies de altura en aeroplano Bristol de 110 HP de la Escuela de Aviación Chilena, desde la cual salí hoy a las 05:00 horas, cúmpleme presentar a Vuecencia y por su digno intermedio al Gobierno, Ejército y Pueblo Argentinos los saludos del Gobierno, Ejército y Pueblo de Chile, del que soy portador. Póngome a las órdenes de Vuecencia”.

LA LLEGADA A CHILE

El Teniente Godoy acompañado del Cónsul chileno recibió toda clase de agasajos en Mendoza, antes de embarcarse con su avión en el tren transandino hacia Los Andes. En Santiago la noticia repartida a través de la prensa desató una ola de entusiasmo y gran cantidad de telegramas de felicitación al vencedor de la cordillera. En la Cámara de Diputados se presentó un proyecto para acuñar una medalla especial como homenaje al Teniente Godoy, acordándose organizar una gran recepción popular a su retorno además de acelerar el proyecto para concederle la suma de $ 50.000 pesos.

El 16 de diciembre el Teniente Godoy tomó el Transandino y arribó a las 19:30 a la ciudad de Los Andes en un coche especial facilitado por la Gobernación de Mendoza, acompañado por una delegación de oficiales argentinos. Fue recibido por el Gobernador del Departamento, el Alcalde y otras autoridades y por el Director de la Escuela de Aviación Mayor Lira y oficiales de la Escuela que habían viajado Los Andes para encontrarlo. Desde la Estación se realizó un desfile hacia la Plaza de Armas donde tuvo lugar el acto de recepción. Al finalizar se le acompañó hasta el Hotel Central donde pernoctó después del banquete organizado en su honor. Al día siguiente después de un almuerzo en que se le homenajeo nuevamente, tomó un tren especial en marcha triunfal hacia Santiago. En cada estación de la línea, San Felipe, Llay Llay, Batuco, se realizaron manifestaciones de bienvenida.

Al llegar a las 18:30 a la Estación Mapocho una salva de treinta cañonazos anunció su llegada, El descenso de Godoy fue saludado con bandas y discursos por autoridades, sus compañeros y ciudadanos.

Al término de la recepción en una columna de automóviles y un carro alegórico, el Teniente Godoy acompañado de autoridades, fue llevado al Club Militar para una gran recepción. El trayecto estaba marcado por formaciones de los regimientos de guarnición y sus bandas, mientras evolucionaban dos Bristol y el avión de Clodomiro Figueroa sobre la columna que se desplazó hacia la Alameda. El recorrido desde la Estación hacia el Club Militar estaba adornado con Arcos de Triunfo y la ciudad completa fue abanderada en una celebración sin precedentes hasta entonces. Al día siguiente el Teniente Godoy se presentó en La Moneda donde fue recibido por el Presidente de la Republica y más tarde asistió al Congreso donde sería festejado por la Cámara de Diputados.

Continuaron días de invitaciones y homenajes, rendidos por el Aeroclub de Chile, Club Militar y Universidad de Chile. Finalmente el 4 de enero de 1919. Godoy viajó a su ciudad natal, Temuco, que le dio un recibimiento de héroe y le obsequió una espada de honor de acero toledano, encargada a España.

DAGOBERTO GODOY FUENTEALBA

Dagoberto Godoy nació en Temuco en Julio de 1883. A los 9 años Dagoberto pierde a su padre asesinado por bandoleros. Su madre trasladó la familia a Temuco a la casa de sus hermanas, donde tempranamente manifiesta su intención de ser militar. A los 16 años ingresó a la Escuela Militar, egresando en 1913 habiendo elegido el arma de Ingenieros. En enero de 1914 es nombrado Teniente 2° y fue destinado al Batallón de Ferrocarrileros.

Durante maniobras en Talca obtuvo el apoyo del Coronel Dartnell para ingresar a la Escuela de Aviación Militar, a la que es llamado en mayo de 1915. Obtuvo su brevet de piloto el 6 de octubre de 1915 y el de piloto militar, el N° 15, en diciembre del mismo año.

El 21 de enero de 1916 tiene su primer accidente, volando en el Deperdussin de la Escuela, resultó ileso, pero una vez concluido el curso y de acuerdo a la normativa del Ejército, es retornado a su unidad de origen. En el intertanto es ascendido a Teniente 1°.

En marzo de 1916 se realiza en Santiago la Primera Conferencia Aeronáutica Panamericana y Godoy fue llamado para ser agregado a la Escuela a fin de participar en las demostraciones de vuelo que se programaron para el evento. En esa oportunidad el gobierno argentino invitó al Servicio de Aviación del Ejército de Chile con motivo de celebrarse el centenario de la independencia de ese país, La superioridad resolvió enviar por tren una escuadrilla de tres aviones, Godoy fue designado para formar parte del grupo de pilotos que haría demostraciones de vuelo en Buenos Aires. Con motivo de las fiestas el Aero Club argentino organizó un raid Buenos Aires-Mendoza, en el que participaron las tres aeronaves nacionales. Godoy que volaba un Bleriot XI tuvo un accidente durante uno de los aterrizajes y dañó su máquina, sin mayores consecuencias para el piloto. De vuelta en Chile, la Escuela de Aviación Militar que lo tenía en alta consideración lo pidió como instructor, destinación que se formalizó el 16 de noviembre.

Gracias a su reconocida destreza como aviador, se le escoge como postulante al cruce de la cordillera y se le autorizó a realizar vuelos en altura en el Morane Saulnier adquirido en 1917. En junio de 1918 es destinado al Batallón de Zapadores, asignación que dura menos de un mes, ya que nuevamente se le llama para integrar la Primera Compañía de Aviación.

La llegada de los aviones ingleses cambió la situación y se le designó como el piloto que haría el vuelo sobre Los Andes, lo que se cumple el 12 de diciembre en el Bleriot C4988. Por Ley N° 3.479 se le concedió el premio de 50.000 pesos y se aumentó la cantidad de plazas de Capitán en el ejército para permitirle el ascenso en forma especial, lo que tuvo lugar el 11 de febrero de 1919.

Con motivo de la movilización de 1920, Godoy es enviado en agosto al Norte para inspeccionar el estado de la 1° Compañía de Aviación y a fines de mes fue designado comandante de la compañía. Pero Godoy pensando que su labor había terminado regresó a Santiago. En la Escuela fue amonestado por no haber asumido el puesto y se le colocó en lista de disponibilidad. Fue destinado al Batallón de Zapadores de guarnición en Tacna, donde permaneció hasta marzo de 1921, para ser enseguida asignado al Regimiento Ferrocarrileros. La superioridad del Ejército no lo retiró de la lista de disponibilidad por lo que su futuro profesional quedó limitado y el 15 de julio de 1924 finalmente fue llamado a retiro.

En 1935, le recién creada Fuerza Aérea lo llamó a servir como jefe de aeródromo y se desempeñó como tal en El Belloto y más tarde en Copiapó. En marzo de 1943 se le contrata en calidad de personal civil como segundo jefe del aeropuerto Los Cerrillos, pasando después a desempeñarse en el Comando de Personal de la FACH, pero en noviembre de ese año pidió su retiro.

En 1948 una Ley concede a los pioneros Godoy y Cortínez una pensión correspondiente al grado de Capitán de Bandada, que en 1952 se aumenta para asignarles pensión de Comandante de Grupo. Finalmente mediante la ley N° 12537, se concede a los dos pioneros el grado de General de Brigada Aérea. Dagoberto Godoy falleció el 8 de septiembre de 1960.

 

http://www.museoaeronautico.gob.cl/home/publicaciones/monografias/bristol-m1c

Chile y Argentina se habían puesto de acuerdo que el cruce debía hacerse en un medi0 más pesado que el aire y seria validado (para efecto del premio) solo pasando entre los paralelos 31º y 35º.

TVN 24 Horas : https://www.youtube.com/watch?v=Mc5h783vec4

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