(Carta del Sr. Jorge Schaerer Contreras a El Mercurio)

Con motivo de cumplirse 70 años de la publicación de “El Principito”, conviene recordar que en otro de sus libros Saint-Exupéry narra las vicisitudes de un vuelo de Santiago a Mendoza, piloteando un avión de la Aeropostal (actual Air France).

Cuando el 16 de julio de 1929 esa empresa realizó su vuelo inaugural a Santiago, Jean Mermoz, su piloto, tuvo que aterrizar en la base aérea del Ejército, en El Bosque. Por tal razón, ese mismo año la aerolínea compró 164 hectáreas en Colina, y construyó su propio aeropuerto. Estudios técnicos habían determinado que la ubicación era ideal.

Por necesidades de la Segunda Guerra Mundial, el 30 de junio de 1943 el general De Gaulle disolvió Air France, y cedió el aeropuerto en Colina a la Fuerza Aérea de Chile. Dos años después esta instaló allí un grupo de aviones de bombardeo, reemplazado en 1956 por el Regimiento de Artillería Antiaérea. El 28 de julio de 2003 éste fue trasladado a Quintero, y se decidió entregar la base en Colina a Bienes Nacionales, para su posterior venta a desarrolladores inmobiliarios.

Las condiciones de la cesión por Air France hicieron imposible esa operación, y desde entonces esa valiosa infraestructura aeronáutica se encuentra ocupada solo por sus guardias. En 2003 aún permanecían en pie una torre de agua y un hangar fabricado por la empresa Eiffel, últimos vestigios del aeropuerto original. Si la FACh la cede a su Dirección General de Aeronáutica Civil para darle el uso que corresponde, haría un aporte importante al desarrollo de Colina.

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