Una mesa para todos según María Isabel Vial.
“Chile, una mesa para todos; Chile, una patria donde todos podemos estar”, fue parte del repertorio que se entonaba en el encuentro con el Papa Francisco en el parque O’Higgins.
Cabe preguntarnos: ¿Son las grandes empresas de Chile una mesa donde todos pueden estar?
Ad portas de su llegada, el día 29 de diciembre, “El Mercurio” publicó un preámbulo de lo que sería el foco de sus discursos. En una frase corta y precisa nos indicaba que “Es necesario poner la dignidad de la persona humana en el centro de toda perspectiva y de toda acción. Los otros intereses, aunque legítimos, son sus actividades logrando su más fuerte emotividad en la cárcel de mujeres de San Joaquín, donde enfatizó que “Nadie puede ser privado de la dignidad aun estando tras las rejas”. Palabras que sorprenden por su sencillez y simpleza y trascienden por su profundidad y lucidez.
Los desafíos laborales que enfrentan las empresas hoy en día van exactamente en la misma línea: poner a los trabajadores en el centro del modelo de negocios, respetando su dignidad y reconociendo su aporte a la sostenibilidad de la organización.
Es necesario comprometer a los trabajadores y empresas en busca de una colaboración de beneficio mutuo y desarrollar políticas laborales orientadas a gestionar y aprovechar la riqueza de las diferencias de cada individuo. Es necesario impulsar la diversidad de pensamiento desde los distintos lugares de trabajo, ya que es ahí donde reside la creatividad.
A nivel país, los desafíos laborales son aún más complejos. Recientemente el INE reveló que, en el último año, más de 744 mil personas trabajaron por cuenta propia, sin contrato, en sus casas o en la calle. Según la OCDE, entre sus miembros, Chile es el quinto país con mayor brecha salarial por género. En el estudio “Tu Nuevo Ciclo: Adulto Mayor”, publicado este mes por Clapes UC, se indica que para el 2025 los adultos mayores constituirán el 20% de la población. Alertas que al ser tempranamente abordadas aportan a humanizar las empresas. Esto es lo que busca el Premio Carlos Vial Espantoso.
En nuestra labor de evaluar empresas y premiar a las que destacan, hemos visto un genuino interés por aprender, mejorar e instalar buenas prácticas laborales desde la humildad y la transparencia. Participar en ese proceso es mucho más que buscar un reconocimiento de los pares, autoridades u opinión pública. Implica estar dispuestos a evaluarse con una rigurosa metodología desarrollada en conjunto por la Fundación y la Universidad Católica, y, posteriormente, desde los datos e indicadores, gestionar las brechas detectadas para situar a los trabajadores al centro de las organizaciones.
La empresa, principal motor de desarrollo social, es un mundo en sí misma. Es la mesa de desarrollo humano y crecimiento económico para todos quienes la integran.
¿Son las grandes empresas de Chile una mesa donde todos pueden estar?
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