Don Cesar Bórquez fue uno de los tantos oficiales de la Fuerza Aérea que en un momento decidieron continuar sus actividades de vuelo en Línea Aérea Nacional. Tras cumplir su servicio militar en el Regimiento de Artillería Antiaérea en El Bosque y luego cursar en la Escuela Militar como aspirante a Oficial de la Fuerza Aérea, inicia como Sub Teniente su instrucción de vuelo junto con el primer curso de cadetes de la Escuela de Aviación en 1942. Entre esos primeros cadetes se contaban algunos que mas tarde tambien ingresarían a Lan: Fernando Serra Cotonat, Federico Niemann Nuñez, Pablo Pfingsthorn Schmidt, Oscar Eggers Henriquez y Jorge Pérez Sazie.

Cesar Bórquez, integra el grupo de pilotos que ingresan a la empresa el 10 de Octubre de 1946 junto a Jorge Jarpa, Ronald Lowery (ex RAF) y Oscar Graf (ex radio operador de Lan), entre otros.

Don César (a la derecha) disfrutando de su vida de retirado, junto al Julio Matthei Sch.

Don César (a la derecha) disfrutando de su vida de retirado, junto al Julio Matthei Sch.

 

Conforme a su formación profesional previa en la Fuerza Aérea, se desempeña como instructor de Navegación y está entre los pilotos que traen desde los EEUU los primeros DC-3 durante 1952 y 1953. (Ver en nuestra página uno de sus vuelos de recepción con el Capitán Luis Araya, Gajes del oficio: “De las luces de Hollywood a un poco grato bautismo de fuego”).

Don César gustaba ser “profesor” siempre, tanto en la sala de clases como en el avión, todo acompañado de un relajado silbido y siempre con ganas de poder manipularlo todo sólo, a sus anchas.

***

Januario Lazo, recordado y muy querido radio operador de Lan, en sus “Memorias” hace el siguiente recuerdo de César Bórquez:

Años más tarde, es grato recordar a don César, otro piloto exclusivo y especial, cuya personalidad perdurará por muchos años en nuestras mentes.

Este piloto había nacido en Chiloé, Chonchi si mal no recuerdo, y todas sus actuaciones justificaban ese prestigio tan propio de otros meritorios chilotes. Almirantes, escritores, pilotos, navegantes marinos y tantos que han dado fama mundial a los chilenos.

En esos años, década del 40, había bastante desconocimiento de lo que se refería a la aviación y nosotros los novatos radio operadores designados para volar en los aviones de Lan, asistíamos a las primeras clases en diversas materias, siendo director del Centro de Instrucción, don Raymond Alarcón, piloto que mucho hizo en preparar a los funcionarios técnicos, especialmente en nuevas materias relacionadas con la aviación comercial.

Uno de los primeros pilotos que fue profesor nuestro, y reemplazó como tal al señor Alarcón era el famoso don César que aunque parezca mentira, a los pocos días nos hizo lamentar la ausencia de don Raymond.

La pedagogía de don César, era tan exclusiva que solamente unos pocos podían comprenderla. Sólo nuestro colega Jacko Lagás, jovencito al lado nuestro, pues todos los RR.OO. éramos hombres ya de sus años, pudo entenderle a don César y tuvo gran facilidad para obtener sólo 5 en sus notas en Navegación Aérea, mientras el resto de nosotros, lográbamos puros cero, pese a nuestro esfuerzo y empeño. ¡Cómo nos dolía no entenderle a don César!

Comprendimos los comentarios de copilotos recién egresados que ya nos habían comentado sobre el sistema de enseñanza de nuestro profesor, pero nos dolía en extremo no tener la ligereza mental de Jacko para entender los rumbos verdaderos o geográficos.

Las quejas del más antiguo de nosotros, don Hernán (Vera) y del grupo tuvieron que llegar al Director y éste, bien impuesto de la clase de dificultades que entorpecían nuestra enseñanza, procedió a cambiarnos el profesor.

Por supuesto, Don César fue cambiado como profesor nuestro y cosa curiosa, el “paganini” de lo sucedido fue este narrador, a quien apenas veía don César, le decía: ¡Chico malulo!

Meses más adelante y siempre en el período de clases, habiendo aprendido muchísima materia aérea, meteorología, etc. cierto día nos encontramos con el joven piloto Sepúlveda y que venía llegando de un curso en Navegación Aérea realizado en los EEUU. Para sorpresa nuestra, nos dio una mágica receta para dominar rápidamente las conversiones de rumbos, derivas, variación magnética que eran nuestros problemas: “DEL BUENO AL MALO CAMBIA” y “DEL MALO AL BUE NO CAMBIA”.

Se acabaron los problemas para siempre y para que decir la cara de asombro de algunos copilotos y pilotos de los preparados en Chile, al recibir en forma instantánea la respuesta correcta. A todos les explicábamos el “sistemita”, especialmente a jóvenes copilotos y daba gusto ver cómo lo aplicaban, recordando sí, que estas correcciones eran dentro de nuestro Hemisferio e inversas en el Hemisferio Norte.

Desde entonces, soñábamos con la posibilidad de hacer un curso de Navegación Aérea en los EE.UU. tal como Sepúlveda (?) lo hizo en Corpus Cristi, gracias a pertenecer a la FACH.

Prosiguiendo con la relevante personalidad del piloto don César, nosotros tuvimos la oportunidad de volar muchas veces bajo sus órdenes y pudimos comprobar que efectivamente era un fenómeno en lo que se le pusiera por delante. Tanto era el grado de su competencia que por él, volaría completamente solo un DC-6B de cuatro motores. No le eran necesarios los copilotos, los ingenieros de vuelo y menos los radio operadores. Ya vendrán anécdotas sobre este punto.

Para el Alfabeto Morse, era capo en transmisión pues podía hacerlo a 10 o 15 palabras por minuto. Quise verificar su recepción de Morse, pero posiblemente por timidez evitaba demostrarlo. Yo sabía que mientras hizo su Curso de Navegación Aérea en los EEUU. pasaba constantemente con los fonos o audífonos donde pudiera e incluso dormía con ellos puestos. Hasta los dormitorios disponían de estos dispositivos según sabíamos, cuando nos relataban sus compañeros cómo era nuestro querido Profesor don César.

En música también nos deleitaba nuestro Don César, tocando el piano que había en el salón del hotel Cosmos en Punta Arenas. Era un agrado comprobar su espiritualidad.

En las fiestas que de vez en cuando nos ofrecían las numerosas amistades que teníamos en Punta Arenas, don César se servía únicamente leche y como a los demás tripulantes nos agradaba el vino o el whiskey, nos advertía nuestro capitán que debíamos cuidarnos con la bebida o el día del vuelo no podríamos acompañarlo a bordo. En todo caso, si fuera posible, habría que preguntarle a nuestro gordo (Juan) Rojitas.

Ahora, cuando íbamos en pleno vuelo horizontal y nivelado, fuera al norte, al este o al sur, don César en posición de piloto al mando, sacaba de su porta documento una gran fotografía de su señora esposa. La colocaba en el panel frente a su imagen y durante todo el vuelo la arrullaba dulcemente con su silbido, eternamente peculiar en don César. ¡ Admirable esposo ! ¡ Cómo adoraba a su mujercita ! .Y no era para menos, pues tratábase de una linda damita rubia y que merecía tal homenaje.

Volar con este piloto, era un factor de seguridad muy apreciado por el resto de sus tripulantes pues nos daba tranquilidad el silbido de nuestro jefe que por muy fuerte fuera la turbulencia o el espesor de las nubes, no dejaba de deleitarnos. Pasara lo que pasara, don César seguía con su hobby, mirando su compás y la foto de su esposa.

Como los radio operadores en aquellos tiempos permanecíamos generalmente ubicados en los vuelos, entre los asientos de los pilotos, fácil era para mí por lo menos, conocerle casi todas las reacciones a los pilotos. Por ejemplo, en don César, me llamaba la atención como se agilizaba su nuez en su garganta cuando hacía aproximaciones y aterrizajes. Me encantaba verle su nuez participando activamente junto a su dueño.

Hombre cabal hasta el final, don César dio término a su carrera profesional de piloto comercial y luego entró a la Universidad de Chile a estudiar otra profesión. Pronto supimos que en esa sala de clases, había dos profesores: El titular y don César. ¡Bravo por mi siempre estimado piloto!

***

En el año 1958 don César es designado (junto al resto de la tripulación conformada por el pilotoHumberto Vottero, el radio operador Alfonso Caviquioli, el ingeniero aeronáutico Jorge Ríos y el Ingeniero de Vuelo Miguel Mena) para traer desde los EEUU el primer DC-6B con piloto automático (LA N° 404), avión que a los pocos días de su arribo, inicia el 20 de Agosto, el primer servicio de Lan Chile a la ciudad de Miami de los EEUU.

Tambien participó con frecuencia don César, en el ámbito gremial de los pilotos, participación que abandona un mes antes de la fundación del Circulo de Pilotos en Mayo de 1961.

Con el nombramiento, el 13 Noviembre 1964, de Eric Campaña Barrios como nuevo Vicepresidente de LAN, César Bórquez asume como Gerente de Planificación abandonando las actividades de vuelo.

Categories: Crónicas

0 Comments

Agregar un comentario

Avatar placeholder

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *