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El Comandante Lautaro Hauyon, don “Lauta”, fue un hombre de muy pocas palabras, más bien de mirada limpia, gestos y actitudes que decían más que mil palabras. Integrante de la tríada de “mejores compañeros” reconocida por nuestra generación y que se completaba con los Comandantes Manuel (“Manolito”) Zúñiga y José (“Pepe”) Sierra.

Don “Lauta” fue uno de los dos pilotos comerciales que sustentan el record insuperado a la fecha (de su retiro) de años continuados de vuelo en la aviación comercial y acumulación de horas de vuelo.

 

Lautaro Hauyon Gálvez, un ovallino muy quitado de bulla, ingresa como piloto a LAN el 1 Noviembre 1949. Lo conocimos ya como capitán de DC-3

En Abril de 1967, bajo la Vice Presidencia de Eric Campaña, forma parte de la tripulación del primer B-707 (N°701) en su vuelo a Santiago.

Técnico en Radio tenía predilección por todos los sistemas e instrumentos que se relacionaban en los aviones con esa materia. Así pudo integrar la tripulación del Caravelle – VI R que en Octubre de 1967 realiza con el ILS de Lima la primera prueba del sistema “auto-land” ideado por la empresa Sud-Aviation. Va a bordo también el “temido” instructor francés Max Fischl, terror de los pilotos alumnos del curso de Caravelle y que no dejó muy buenos recuerdos especialmente en los pilotos antiguos

En 1969 Lautaro ya pertenecía el grupo que habían enterado los 20 años como piloto y en el Círculo de Pilotos  coopera como delegado del material B-707 y forma parte de la comisión para el análisis de los planes y programas de estudio del Centro de Instrucción.

A fines de 1974, recibe de la Fuerza Aérea como reconocimiento a servicios especiales prestados a la institución la piocha de oficial de reserva.

En 1975 ya ocupa el 11 avo. lugar en el escalafón de pilotos.

Con motivo de celebración del aniversario de LAN, en Marzo de 1980 don “Lauta” es premiado por sus 30 años de servicio. Ese mismo mes es testigo de primer plano del frustrado viaje, por razones de orden político, del Presidente de la República a Manila.

Un mes mas tarde vemos a don “Lauta” cumplir sus 14 millones de KM.
A comienzo de 1981, ya como instructor de material B-707, es designado para participar en el primer curso de DC-10 que compartiría con su colega Pfeffer y con el cuál continuaría formando “yunta” hasta el final de su actividad como pilotos.

Terminado el curso de DC-10 Lautaro Hauyon es designado Instructor – Inspector de ese modelo.

A fines de 1983, la familia Hauyon es golpeada por la tragedia. El ex pilotos de LAN, Marcelo Cisternas y Lautaro Hauyon Jr .desaparecen durante un vuelo entre Punta Arenas y Santiago (última posición, al norte de Pto. Natales) en un avión de ICARO SERVICE.

El 17 de Agosto 1985, Lautaro Hauyon hace su último vuelo en DC-10 con LAN .Había acumulado 28 mil horas de vuelo y 17 millones de km desde su ingreso a LAN en 1949. A la recepción de su vuelo fue recibido por el Gerente Técnico Eduardo del Campo.

Con motivo de su retiro, Las Ultimas Noticias le hace el siguiente reportaje:

“LA LAN estaba carreteando, pero se puede decir que ya despegó”

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En el país real de ahora nadie se vuelve loco de ganas de jubilar, no solo porque ya no corre la perseguidora, sino porque la gente del sector pasivo generalmente no encuentra en qué
invertir su tiempo libre y entonces los tipos se aburren hasta de sus recuerdos, se ponen más neuróticos que antes y terminan por arrastrar en su amargura al resto de la población. Sin embargo hay algunos jubilados que disfrutan de un bien merecido descanso y pueden decir verídicamente que se sienten plenamente realizados como es el caso del piloto Lautaro Hauyón Gálvez, recientemente retirado de LAN Chile después de 36 años de servicio con cero falta  y un record nacional de 17 millones de  kilómetros volados que equivalen a 425 vueltas alrededor del mundo, según los cálculos que hizo en el curso de la siguiente conversación.

 

-También se podrían comparar con 20  viajes de ida y vuelta a la luna.
-¿Es posible calcular el tiempo que ha permanecido en el aire?

-Si: más o menos tres años y medio.

.
-¿Usted podría seguir volando?
-¡Mejor que nunca! La experiencia es eficiencia; aunque la propia experiencia dice que siempre hay algo que aprender.
-¿Cuál cree que fue la causa del desastre del avión de la línea Japan Airlines?
-En la televisión norteamericana se dijo que ese Jumbo había estado sometido a reparaciones y que el ensamblaje de la cola habría quedado mal. Entonces una filtración de aire habría provocado la explosión.
-¿Qué habría hecho usted si hubiera al mando de ese avión?
-Habría gritado: “¡Junten Paja!”, porque con ese avión fuera de control no hay nada que hacer.
-¿Recuerda ocasiones en que sintió mucho miedo?’
-Yo diría más bien preocupación, porque en determinado momento, aparte del miedo que pudiera sentir el piloto está la conciencia de que atrás hay centenares de personas indefensas que están confiando me en uno.
-¿Y el miedo a la muerte?
-Uno tiene conciencia de que puede morir en cualquier lado, en cualquier momento. Lo que puede angustiar es el miedo a lo desconocido, a no saber qué hay después…
-¿Tuvo aterrizajes  de emergencia?
-Una vez, en Tiltil (Ver nota al final), aterricé en un potrero. En ese tiempo era piloto civil y venia desde Ovalle (yo soy de allá). Fue una decisión instantánea que tuve que: tornar antes de que fuera demasiado tarde. La gente hizo una gran fiesta y al día siguiente seguí  viaje.
-Muy “malo del cuerpo”….
-Malazo…
-Hablemos más de las decisiones instantáneas.
-En ciertos casos un segundo de vacilación puede ser fatal y entonces uno no puede fallar, porque sería  la primera y la última equivocación. Un colega mío decía que los médicos entierran su error: los pilotos se entierran junto con su error.
-¿Su decisión de casarse también fue instantánea?
-Ha sido la mejor decisión de mi vida, Mi mujer me ha ayudado mucho. Y ha tenido que soportar mis ausencias, muchas veces en Año Nuevo, Navidades, aniversarios de bodas, etcétera.
-¿La engañó muchas veces en sus 36 años de vuelos?
-En el plan de vuelo de un piloto siempre puede haber imprevistos, pero si yo pudiera hacer retroceder el tiempo volvería a casarme con Martita.

-Hay la creencia de que las azafatas son un “peligro” potencial para los pilotos…
-Hay bastan le leyenda en ese sentido. En todo caso tengo colegas que se casaron con azafatas y que son muy felices.
-¿Usted votaba con mucha “Camiseta”?
-¡Por supuesto! Todos sentimos un gran cariño por la LAN.
-¿Tanto como para decir que está bien, aunque está mal?
-No necesariamente, porque uno tiene derecho a la autocrítica. Además, ahora, con la nueva estructura, la empresa va “con viento de cola”; iba carreteando, pero se puede decir que ya despegó. Patricio Sepúlveda ha sido un buen conductor.
-¿Conoce a Ernesto Hein, “El Barón Blanco de Aysén”?
-Si, por cierto, y es muy amigo mío. El me ayudó mucho cuando mi hijo Lautaro, que también era piloto, desapareció entre Punta Arenas y Puerto Montt. Lo buscamos inútilmente durante seis meses. Ernesto es un gran tipo. ¿Por qué me lo pregunta?
-Porque es un excelente amigo. Y ahora confiese conmigo: ¿siente como que le han cortado las alas con su jubilación?
-No, porque viví la etapa más bonita de LAN: los tiempos de la aviación heroica, y también la era de la computación y el automatismo. Comencé con los Electra, que tenían una autonomía de vuelo de 500 kilómetros y capacidad para diez pasajeros, y terminé en un DC-10 para 300 pasajeros y con una autonomía de 10 mil kilómetros. Puedo decir que me siento plenamente realizado.”

Sin embargo don “Lauta” se resistió a plegar sus alas y vuelve en 1988 a ocupar un puesto de Comandante de B-737 en LAN para terminar finalmente, con una limitación de edad impuesta por la Dirección de Aeronáutica.

Sin embargo su presencia en las actividades de nuestra asociación sería permanente y motivo de alegría para todos los asociados. Si bien nos dejaría para siempre el 6 de  Abril de 2005, Marta Torres vda. de Hauyon, no ha dejado de mantenerse cercana a los que fueran colegas de su recordado y querido marido.

NOTA:

Al publicarse el reportaje apareció erróneamente Taltal en vez de Tiltil. La corrección la hizo nuestro asociado Abraham “Pocho” Acevedo al  leer la crónica. Curiosamente “Pocho” fue testigo de ese accidente y lo recuerda así: “Esto fue en 1948, en un potrero en Tiltil porque mi papá nos llevó a mi hermana Catalina, mi hermano Sergio y mi primo Guillermo a ver el avión. Imagínate en esos años para nosotros, huasos tiltilanos, estar cerca de un avión. Yo tenía doce años y saludé a don Lauta que andaba con su gorro de vuelo. Once años después entré a Lan.y con “don Lauta” siempre conversamos de ese percance”.:

Categories: Crónicas

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