PARTE FINAL DE LA MINUCIOSA RECOPILACIÓN HISTÓRICA DE RODOLFO LARSON (Q.E.P.D.)

Para abrir la cuenta del año 1991 aceptaron como socio huésped al Club Aéreo del Banco del Estado, en condiciones muy favorables para sus integrantes los que contaban con avión propio. Aunque no tenían derecho a voto, si se notó el efecto de sus opiniones en cuanto al traslado de la base a Cañal Bajo, lo que se produciría en algún momento.

En Febrero renunció el director que había sido el líder pro paracaidistas y lo reemplazó Tito Frölich, el mismo que había “dateado” al club acerca de la oferta de un C 210 que él había visto en La Serena. Lo compraron en buen estado y buen precio. Inmediatamente programaron cursos, olvidando que deberían, en primer lugar, traducir al castellano, el Manual de Vuelo escrito en inglés, idioma poco conocido en esta latitud de extranjeros palestinos o de ascendencia germana “de los lagos”… (“von die launa”…).

Los informes de mantenimiento del Director Basso se distinguían por su descripción muy detallada. Por ejemplo: “Motor Dobrew está en la esquina al fondo del taller del hangar uno” o “No tiene bitácora, valen los cilindros”… Y los del Secretario Pierre Nivière, Director de L’alliance Française: Preparados a máquina, primorosamente tabulados y listos para ser engomados sobre la hoja del libro de actas.

Cuando la primavera trajo los vientos que golpean los alerones de los planeadores, sus socios que por entonces eran todos Directores, se inquietaron para llegar a un nuevo convenio de coexistencia con el Club Aéreo de Osorno. No fueron bien recibidos porque por esos días reinaba un Director a quien sus colegas debían escuchar y a veces le creían por la firmeza de sus afirmaciones. Ese opinaba que los Planeadores eran una carga para el club a pesar de que llevaban cuentas separadas. Así comenzó el derrumbe de los aviadores silenciosos…

Los colegas de La Unión y Río Bueno estaban en lo opuesto: Se unieron para ser más grandes, más fuertes y tener así mayores y más frecuentes motivos para celebrar con asados los hechos relevantes. En ese fin de año tenían un muy buen motivo para hacer una celebración: Inauguraron Los Maitenes de Villa Vieja, su nuevo aeródromo en el cruce de Los Tambores y sus huéspedes asistieron a una concentración aérea para los del sur.

Mientras, en nuestra casa había nuevos socios: Luis Antonio Cortés, Elliot Domínguez C.

Nuevas licencias: G. Sánchez y F. Riquelme S. y veintiún nuevos alumnos.

1992 tuvo un comienzo diferente. Han viajado y disfrutado paseos por el aire con llegadas felices a playas y cañadones de cordillera sin incidentes, accidentes o malestares y es por eso que no hay constancia de nada hasta Marzo, cuando el Jefe de la Escuela denuncia a un alumno por indisciplina y el Directorio se estrena con la primera decisión; Suspendido de vuelo por un año y un nuevo curso de instrucción. La porfía del sancionado Riquelme era mayor que la sanción. Soportó el castigo y más tarde pasaría a ser un Director de la razón.

El Presidente se caracterizó por su sensibilidad para condensar el contenido del ambiente que entonces portaba una dosis de apatía y corrientes erráticas mientras los que lo ignoraban, seguían sumidos en el empeño de su visión limitada a veces por honradez y otras por anhelo en la persecución de un fruto a corto plazo.

A su debido tiempo, en el transcurso del año la asamblea “dio a luz” a : Siebert, Barrientos, Angúlo, Tuemmers, Keim, Frölich, Beherend y Salazar Siebert ordenó una publicación en el Diario, de las actividades, vida y proyectos del Club Aéreo, que de inmediato dio fruto en Solicitudes de socios: J. Biewer, L.A. Cortés, J. De Granade, Fuchslocher, Ruiz, Sepúlveda, Maureira, Alfred Weil, R. González, R. Carrère, Winifred Schrapeler y H. Kemp quien se reincorporaba.

Con el despegue de la Escuela, se metieron en el “rebufo” alumnos del Club de Río Bueno, para quienes dedicaron una cuota de ingreso “de cortesía“  (un quinto). Iniciaron un curso de GPS con catorce inscritos. Keim anticipó para final de curso un proyecto de raid con alumnos, a la Laguna San Rafael, ¡Que tal! Y para mientras tanto la preparación de un equipo para competir en Chillán en el Rally mundial.

Para la otra pierna del club, los Planeadores, las cosas iban mal. Torrealba opinaba terminar el convenio con planeadores, mientras Schlack proponía uno nuevo pero sabiendo que con un planeador monoplaza como el Pilatus, único aparato en servicio, no renovaríamos destreza ni haríamos descendencia.

Pierre Nivière, Secretario y socio ejemplar, culto y educadito, regresó a su tierra, Francia. Fue despedido con verdadero cariño a fin de año.

Un block de motor para el SOW  fue el primer pedido del año 1993. El SOW fue un Cessna 210, Centurión, una joyita adquirida en Abril del 91. Se accidentó gravemente en Octubre del 92, en la puerta de un Hangar, cuando el entusiasta socio que había gestionado su compra lo puso en marcha con bríos pero sin notar que el mando de tren estaba en posición UP y así, estando el avión liviano de nariz, cuando la presión hidráulica hacía su efecto, se retrajo el tren frontal y “”Br rmshwng””…

Nada más ocurrió hasta Mayo, cuando en asamblea expedita definieron la nueva directiva:

Barrientos, Siebert, Armijo, Tuemmers, Torrealba, Behrend, Maureira y Schuck.

Años antes, un Director había hecho notar que el auxiliar Carmelo no debería taxear los aviones por tener sólo un ojo bueno que miraba a través de un cristal dañado y opaco y además sin licencia de mecánico. Como siempre ha sucedido, los acuerdos que se estamparon en actas y no transitaron a un “manual de costumbres o de operaciones” en un día cualquiera, a vuelta de vacaciones o por cambio de directiva lo olvidaron. Y ese fue el caso: Carmelo se fue contra el hangar y un poste y como para rodar no necesitaba alas, las dejó atrás. Luego se detuvo por falta de hélice…

El segundo pedido del año lo hizo el socio Juan Isidro Carrasco: Se interesó en la compra del C 210 SOW y acompañó un cheque para certificar la seriedad.

Al fondo de este escenario tragicómico se gestionaba lo trascendente. Desde fecha antigua, se temía por unos y se deseaba por otros el traslado al Aeródromo Cañal Bajo. Esgrimían argumentos y balanceaban propuestas. Pero esa vez ya conversaban con corredores de propiedades para informarse de valores, mientras los más austeros pensaban en conseguir un comodato de espacio que pudiera proporcionar la DGAC.

A fin de año comenzaba la expulsión de algunos ocupantes o arrendatarios de hangares. El fin se acercaba.

En 1994 los cultores del vuelo a vela ya se sentían como desplazados al cuarto de atrás de su propia casa, cuando además les notificaron que deberían abandonar el hangar dentro de noventa días. Por esa noticia, recién llegaron algunos a sospechar que no estarían considerados en los planes del Club Aéreo de Osorno. Las sorpresas mayores vendrían más adelante.

Lluvias y asamblea llegaron juntas con la noticia de la adquisición de un C 206 que debería ser reparado.

En una brevísima votación se renovó una parte del directorio que quedó así: Barrientos, Torrealba, H. Kemp, Tuemmers, Rosas, Schuck y Herdener. Sin demora ese directorio se ejercitó en su cometido:

Citaron a reunión del CAO, a los miembros del Club de Planeadores para definir su reactivación sopena de una cimitarra que ya venía cayendo y al mismo tiempo se anunciaba en medio del invierno el cierre del aeródromo Pampa Alegre para ejecutar una serie de reparaciones en el lugar que pronto sería abandonado. También serían vendidas las 32 mil acciones de la Telefónica del Sur.

Sin notar la evidencia; un socio aún protestaba por la falta de aseo en los baños. Otro pedía abrir un registro de socios cooperadores. Planeadores solicitaba el hangar dejado por Basso.

En 1995 el doctor Sommer decidió renunciar al Club ante el cobro por daños inferidos al avión en su primer vuelo Sólo. Lo consideró improcedente en el supuesto que, al ser autorizado para realizarlo se asumía que tuviere la preparación suficiente, lo que sería responsabilidad del instructor. Por su parte el instructor expuso que el alumno había hecho, momentos antes del “Solo” tres aterrizajes perfectos.

Cuando terminaba el año 94, Sommer había iniciado la carrera de despegue desde el cabezal 17 de Pampa Alegre en el Aeronca SOA. Ya elevado a unos centímetros del suelo, aplicó la corrección de torque con toda su decisión y el avión giró repentinamente sobre su eje perpendicular hacia donde estaban observándole algunos socios. Cortó a su paso, la cerca de púas colindante a una vivienda muy económica y dejando la rueda derecha en una zanja, continuó desplazándose otros veinte metros hacia la pampa del weste que estaba  tapizada de hierbas y bostas. Ese fue su cuarto aterrizaje del día: Malo, pero debido al despegue desastroso.

Transcurridos algunos días de silencio en la consternación que producía lo inexplicable, el jefe impuso algunas prevenciones tales como “entrenamiento obligatorio y específico para operar en pistas como Hueycolla” y a continuación las miradas volvieron al proyecto de fondo:

En Mayo, como en años anteriores, en asamblea expedita se conformó nuevo directorio:

Barrientos, Torrealba. Salazar, Angulo, Schuck, Rosas, Herdener y Ugarte. Torrealba anunciaba demora en la venta de Pampa Alegre debida al trámite por cambio de uso de suelo. Barrientos Salazar y Angulo visitaban 37 hectáreas en Chifca, las que estaban a disposición de un banco Yermani. Salazar y Angulo correteaban en mensura de terrenos y proyectos de  venta Pampa. Alegre. y compra cerca de Cañal Bajo. Fernando Willer presentaba un presupuesto de fierros MACOM para estructuras. El gerente recibía regularmente oferta de terrenos.

El directorio renovado continuó su gestión:

Curiosamente, requirieron pago por trabajos en maestranza del Club de planeadores, para lo que se dirigieron a algunos socios en lugar del Directorio, Presidente o Tesorero. Luego comunicaron que los trabajos de planeadores en maestranza eran suspendidos. Más extrañeza debía presentar esta situación cuando los socios de cualquiera de los dos clubes tenían los mismos derechos y obligaciones en ambos Clubes.

El cierre de Pampa Alegre estaba proyectado para el 18 de Febrero de 1996 por lo que Planeadores debió emigrar. Los aviones del Club Aéreo serian repartidos entre Los Maitenes y otros a un sitio de menos de una hectárea, al sur de la losa de Cañal Bajo. Aún estaba pendiente la compra de un lugar donde asentar las dependencias del Club. Encargaron a Rosas y Herdener buscar, junto al comisionista Yermani, quien antes había intervenido en la venta de Pampa Alegre. En el intertanto, un socio presentaba la oferta del Tattersal: 32,8 Ha en Las Lumas. Una franja norte sur a orilla de camino por 3.14 millones la hectárea, para lo que Ugarte ideaba una plantación de eucaliptus para inversión y sustento futuro. Salazar y Angulo ofrecían un  terreno sin precio, aledaño a Cañal Bajo. Todo en vano, porque las conversaciones con el Ejercito para la adquisición de 3 has por 75 millones habían llegado a definición.

Entre Mayo y Junio, el notario autorizó la Escritura de venta de 13 has Pampa Alegre en 330 millones. (25 por hectárea) la que Barrientos y Salazar inscribieron en el Conservador de Bienes Raíces.

Pero compras y ventas no fue exclusividad en tierras. Se vendieron el C 182 SOC, el C 172 año 61 SOE y Torrealba informaba que habría un comprador para el C 206 SOI. Luego, el directorio acordó enviar una comisión a Estados Unidos para comprar aviones. Fueron: Yermani, Tuemmers como Directores y Barría como técnico. Pero en esos días Yermani hizo un vuelo como ambulancia nocturna a Santiago y a la vuelta, lo suspendieron por un año, le suprimieron su calidad de instructor y le eliminaron de la comisión a los EE UU de NA por lo que entró al grupo viajero Angulo, el arquitecto.

Pasados esos agitados días, lentamente se estableció una nueva rutina para los socios pilotos: Llegar al edificio del aeropuerto, cruzar el hall, bajar escalas por la puerta estrecha y entrar a la oficina pequeña con ventana a la losa extendida. Barrientos regaló unos pinos y con eso construyó un pequeño techo hangar.

En Octubre regresaron los viajeros comisionados a Miami, dando cuenta de un viaje en el que se felicitan por su excelencia mientras la compra, un Cessna 150, otro 152, otro 172 y otro 182, venían en viaje por mar.

En esos mismos días, ingresaron como nuevos socios: Fernando Silva y Christina Schilling, los primeros alumnos de esta nueva etapa.

En ese invierno falleció un fundador que fue distinguido por un largo trabajo en varios períodos difíciles como Presidente, don José Kemp.

Después de la venta de Pampa Alegre, la mirada de los socios se dirigió en 1997al siguiente paso y en eso las opiniones eran diametralmente opuestas. Si fuera conveniente instalarse en un “aeródromo público para progreso en el uso de la radio”, o en un recinto “hogar campestre y privado para el disfrute del vuelo”. Si los socios “cobrarían por sus servicios profesionales” en la construcción de nuevas instalaciones o si “deberían obrar como familia” en las nuevas posesiones. En eso lo más crítico fue: si moralmente sería aceptable pagar comisiones a los socios que actuaren como intermediarios en compra-venta. Con el tiempo concluyeron en que los servicios profesionales deberían ser considerados como tales y de lo demás nada habría de añadirse porque ya Pampa Alegre estaba vendido y la comisión consumada.

En los primeros días de Enero del 97 se barajaban las propuestas para la construcción de un hangar y servicios en el terreno seleccionado en Cañal Bajo, con las variadas sugerencias para la transparencia en las contrataciones. Para mayor eficiencia comodidad y seguimiento, acordaron a partir de ese momento, reunir al Directorio todos los Lunes en la oficina del socio arquitecto. El socio arquitecto depositó su confianza en otro socio como constructor – contratista con la propuesta más baja y  en una firma que le proveería de los materiales y estructuras. Tres socios harían el papel de controladores inspectores.

Para logística; dos pilotos estarían a cargo del traslado ferry de los aviones hacia y desde Cañal Bajo para los vuelos rutinarios de los socios. Los aviones serían cobijados en el aeródromo Villa Vieja de los Maitenes propiedad de los Clubes de Río Bueno y La Unión.

No bien comenzó la construcción primera, se planteaba la de doce boxes para guardar aviones propios y ajenos, lo que requirió otra buena cantidad de millones en hierros y aluminio tanto como para regalar algún saldo excedente a nuestros anfitriones de Villa Vieja como retribución al hospedaje. Tan acelerada fue la construcción, que el hangar principal estaría listo antes de terminar Mayo y antes que se hubiere perfeccionado la escritura de compra del terreno y aclarada la servidumbre en el acceso a la nueva sede.

Se sabe que fue reelegido el directorio, aunque no hay actas. Tampoco hay registro descriptivo del accidente fatal que se llevara al alumno Fernando Silva, en Febrero, cerca de la costa sur del Lago Rupanco.

1998 Fue un año de cierta inconsistencia, incertidumbres y devaneos. Nada ocurría hasta Abril. Ni siquiera hubo acta de reuniones en Febrero y Marzo.

El Vicepresidente (de ese y otros cargos)  Edgardo Torrealba, se afanaba en contratar a un IVI (Instructor de Vuelo por Instrumentos) basado en Puerto Montt, para encargarle, por servicios bien remunerados, que dictara un curso de vuelo por instrumentos a los interesados del Club Aéreo de Osorno. No se sabe por qué razón esperaba dos meses a que el solicitado instructor recuperara su licencia vencida cuando en el mismo Club había un socio con experiencia en Transporte de Línea Aérea, IVI con licencia y habilitación vigente y en uso. Tampoco se sabe por qué otro socio propusiera como instructor IVI a uno que no era tal, sino ex piloto a cargo de un simulador de FACH en Puerto Montt…

Luego vino el aplazamiento de la Asamblea General, hasta Junio. Preocupación del Presidente Barrientos por asunto ligado a una situación contable.

Mientras se barajaban alternativas para el destino de los terrenos restantes en Pampa Alegre; se había presentado el ex secretario Mario Salazar como oponente para un arriendo

Nueva directiva: Barrientos, Kemp, Salazar, Waldspurger, Schuck, Reinares, Angulo, Tuemmers y Ugarte. Lo más próximo a lo edificante resultóser el trabajo de Tuemmers, como Director de la Escuela de Vuelo: una carpeta con el historial de cada piloto del Club.

Inauguración del año 1999 junto a la nueva construcción que reemplazaba a la modesta “Chandela” que en Pampa Alegre tuvo su origen como refugio para los sanos comentarios de losa y de los frecuentes accidentes. Este nuevo refugio era alto, espacioso; ostentaría piso brillante, fogón central pero ubicado en tiempos modernos de la aviación. Debería recibir el espíritu de aviación y aviadores modernos también. Fue obra y gestión principalmente del Presidente Barrientos quien quiso honrar a su hermana como madrina y así le bautizó con su nombre Marcela V. Barrientos Fritz. Considerando el Presidente esa, una ocasión apropiada, entregó diplomas expedidos por Fedach e hizo una especial distinción a Edgardo Torrealba por sus múltiples desempeños en el Directorio y además por sus personales servicios y asistencia en tantos períodos.

Fue también en esos días de Abril cuando aparecieron interesados en trozos de terreno de Pampa Alegre que ya se cotizaba a 2.5 UF el metro cuadrado.

No hubo más noticias hasta fin de año excepto una nota acerca de una sostenedora de Escuela, en ese recinto.

Otra preocupación simultánea fue el despido de Adolfo Vargas. Administrador amable y efectivo, cuya salida lamentamos muchos socios por estar convencidos que los cargos que se le hicieron no le correspondían. Vargas se fue muy dolido, tanto, que cuando un Director intentó hablarle le contesto: “No tengo tiempo para escuchar a un chismoso”. Frase que jamás nadie imaginó podría salir de su boca. A él, se debió reemplazar en Abril, por un señor Astutillo, quien cumplido su oficio, debió partir un poco más tarde.

En Julio, como en todos los Invierno, las sesiones se convirtieron en Interesantes discusiones, esta vez durante algunos meses, acerca del poder y las atribuciones: ¿Quién manda aquí?, ¿A quién le encargamos los vuelos de prueba? etcétera.

En Agosto se efectuó tardíamente la renovación parcial de Directorio: Siebert, Kemp, Barrera, Waldspurger, Reinares, Tuemmers, Hernández y González. Nuevos pilotos: Jaime González y Christian Haase. Simulador, un PC Instalado por Tuemmers

Tal cual un ciudadano, tenía el Club en 2000 las preocupaciones consecuentes a la propiedad que no es vivienda: Ofertas por trozos de terreno del antiguo aeródromo de Pampa Alegre; unos querían instalar una escuela, otro quería instalar antenas. Finalmente y para evitar tanta oferta y rechazo le adjudicaron precio al M2…

La actividad de vuelo había decaído, sin embargo el Subdirector de la Escuela de Vuelo E. González, con singular entusiasmo armaba eventos en Puyehue, construía la pista de pasto que serviría durante la reparación de la principal y para uso de aviones convencionales. Se preocupaba de las tarifas de vuelo a los no socios, preparaba tripulaciones para los vuelos en formación, y piloteó todos los vuelos que fueron solicitados al Club.

No tuvo la misma acogida un socio que plantó canelos traídos de su tierra. Los arrancaron. Ese mismo entregó un esquema de Manual de Operaciones y lo excluyeron. Sugirió la manera económica para impermeabilizar los boxes y no lo aceptaron. Instaló guías para guardar aviones en los boxes y prohibieron su uso.

El interés estuvo en otros asuntos novedosos: Estudios para nuevos estatutos que consideraban la opción a formar una Sociedad Anónima cerrada. En consolidar la situación legal de las propiedades para lo que encargaron los trámites burocráticos a un Director mediante honorarios y la condonación de deudas a socios por meritosos servicios prestados durante el desempeño de sus cargos. En fin, un invierno entretenido hasta que; el administrador de turno J. Ramírez, se retiró, tal cual el anterior.

Algunos socios protestaron para que las horas de vuelo que se produjeren por pedidos de terceros o de maestranza fueren para pilotos y no sólo para un instructor.

Cuando arreciaban los vientos de primavera, se abocaron a un proyecto interesante: Comprar aviones dañados, repararlos y venderlos. Esto derivó más tarde en otro proyecto: Comisionar al supervisor de mantenimiento, E. Barría para que viajare a EE UU de N.A, Miami, para comprar aviones allí.

A media primavera despegó hacia el Oriente Eterno; Enrique Günther, uno de los primeros pilotos en tiempos del Club naciente.

En el día de inocentes, 28 Diciembre, se reunieron los Directores por última vez en el 2000. Proyectaron la celebración del próximo aniversario con una ampliación para la nueva “Chandela”.

En el contento que cada botella trajo para la celebración del Aniversario del 13 de e3nero de 2001, venia incluido un proyecto tal, que en el amanecer de un nuevo día recordaron y lo pusieron en tabla antes que las futuras elecciones hicieran efecto. E. González gesticulaba manifestando ansiosamente, propalando su intención de cambiar el Cessna 206 SOI por un Cessna 182 RG. Gabriel Hernández decidió el cambio y Keim le encontró comprador. Alguien quiso comprar GPS para todos los aviones y por lo menos aceptaron comprar uno portátil, el cual mereció hasta charla y conferencia. Algunos Directores quisieron tener poder amplio, bancario y civil; Se lo concedieron con nombre y apellido.

Llegaba Abril, y en la banda de dos administradores que habían permanecido muy poco tiempo en sus cargos, aparecieron diferencias en las cuentas de los socios. Porque la cuenta de un socio escritor estaba demasiado abultada, ese protestó. Dedico tres meses completos para demostrar no tener deuda. Luego se desató una auditoria general a la que fueron comisionados el contador y un socio. Pero; no hay referencias consecuentes de esa auditoría, sólo una carta en términos inculpatorios y vejatorios para quien había demostrado y documentado su rectitud.

Directorio post asamblea 2001: H.Keim, H. Kemp, G.Tuemmers, J. González, K. Waldspurger, E. González y G. Hernández. Escuela: E. González. Inmediatamente se notó un giro hacia las relaciones públicas con inclinación a la conquista de simpatías: Comida en el restaurant de moda “Las Brasas” para agasajar al examinador de pilotos DGAC, Waldo Zuñiga. Trabajos en el casino por millones. Compra de sillas para el casino con cargo total a la cuenta de los socios. Empleado para el casino pagado con cargo adicional a los socios. Bautizo para el casino, etcétera.

Los caminantes de la losa frente al hangar se preocupaban de otros asuntos: Los equipos de comunicaciones y de navegación de los aviones no funcionaban y los instrumentos permanecían empañados por humedad permanente de los boxes que eran azotados por las lluvias, verdaderas duchas oblicuas que los inundaban. Un instructor era criticado, otro desconocido en sus atributos y mientras trataban de contratar a uno externo para labores en proyectos que no se concretarían. El supervisor de mantenimiento recibía otra parte de infortunios. La Escuela de vuelo se extremaba en precauciones tales como proponer un “chequeo” en vuelo para operar en la pista de pasto, etcétera. El Presidente quería pintarlo todo, empezando por los boxes. Como el Tesorero se oponía al gasto, compró con su dinero los tarros de pintura para luego cargarlos a la cuenta de los socios. Vendió el Sky Wagon SOI.

El Tesorero quiso ver la realidad: Entre otros ejercicios, el Directorio terminó eliminando a los socios inactivos que tenían notables cuentas impagas. Intentó financiar gastos mediante inversiones pero el Presidente se opuso a la compra de terrenos. Siguió en la búsqueda de medios pero nopudo contar con los bienes raíces porque no se conocían los límites de la propiedad en Pampa Alegre.

Las celebraciones del fin de año 2001, pasaron como stratus humilis en un verano de cielo azul sobre suelo pantanoso.

En 2002 continuaban ejecutando trabajos en Pampa Alegre:

M. Barrientos presentaba un presupuesto para adoquinar los boxes y el presidente lo aceptó y ejecutó una novedosa instalación para “estacionamiento” de aviones con adoquines de concreto super permeable. Realizo más proyectos en el casino. Contrató gerente y secretaria mientras E. González y G. Hernández presentaban un presupuesto para hacer una piscina.

Realizaron raids a costo reducido para aumentar la actividad de vuelo. Cuando maestranza terminó de pintar aviones, quisieron comprar una hidrolavadora, pero el Presidente recordó la mala situación económica del club. Rechazó la compra y el Tesorero le felicitó por su austeridad. Eso tenía algo de verdad porque algunas mejoras fueron cargadas en las cuentas de los socios…

Un evidente desorden:

Sin mediar excusas el Directorio reconoció habérsele hecho una suculenta cobranza indebida a un socio a quien le habían culpado de los errores en la contabilidad.

El club hacia uso de la tarjeta de crédito de un ex Presidente. Otro ex Presidente continuaba pagando gastos del club.

La administración de bienes necesitaba constantemente revisiones de arriendos y límites. Se vendía un avión cuya autorización de asamblea figuraba en un acta desaparecida y se confeccionaba una nueva para cumplir con la formalización de venta.

La maestranza se batía en desacuerdos con el supervisor, con los clientes y con el tesorero y terminaba no sabiendo si ganaba o perdía

Era notoria la conformación de pequeños feudos con cierta independencia de mando que permitía bien intencionados avances con costos insoportables para la época, como también arbitrariedades dispares de algún instructor.

Esto trajo consecuencias:

Muchos socios inactivos y 17 licencias de piloto vencidas y sin interés de su titulares para renovarlas Formación de grupos, mal comportamiento social, renuncia de empleados y hasta pilotos declarados de alto riesgo por el Jefe de vuelo…

Terminó el año 2002 con un pedido del Presidente: Que no haya más discordia porque en el próximo, yo cumpliré 50 como piloto y “no espero molestias de ningún tipo” (en mi terreno).

En 2003 una celebración de aniversario tristón pero con honores antecedía a la eliminación de socios inactivos. El tiempo había transcurrido ignorando la vuelta completada alrededor del sol. La gente estaba desmotivada y lo demostraba:

En Mayo de 54 pilotos en la lista de activos, sólo 21 podían volar. En Junio quedaban 50 pilotos asociados y los que volaban seguían siendo 21. El Director condicionaba la participación de los instructores, hacía exclusión de algunos, coordinaba directamente acuerdos con DGAC mediante un socio director, su amigo y empleado de esa institución.

Fue en esa época cuando ingresaron los primeros que debieron cumplir con examen psicológico antes del ingreso: Glimann, R. Pizarro, Wetzel y N. Ziller. Una práctica que de haberse implantado con anterioridad, hubiera ahorrado dolores y heridas.

También los mecánicos estaban desmotivados. Se hacía cargos al personal de maestranza y limitaciones a los servicios de mantenimiento. Luego un recuento historial por dificultades habidas en contra del supervisor Erwin Barría hasta fundamentar un despido que no se llevó a efecto por una contrapropuesta que aceptada, sirvió sólo para cinco meses, terminando con un contrato a otro supervisor y la pérdida del grado IV ETA.

Antes de abandonar la Presidencia, Keim inició dos gestiones: Un proyecto de nuevos estatutos y reglamentos que encargó redactar al Secretario y la construcción de un nuevo hangar para destinarlo al arriendo de alguna futura ETA.

A medio Junio ocurrió por fin la Asamblea Anual con una singular elección, con propuestas, objeciones y resultados un poco diferentes a los preparados: H. Kemp, E. González, O. Pérez, Waldspurger, Larson, J. González. L. Momberg, T. Fröhlich, F. Riquelme. EE VV/EPREVAC E. González

Keim fue elegido como Presidente Honorario. No lo abandonó su entusiasmo y persistió en sus proyectos inconclusos a pesar de las opiniones que eran consideradas por los mercados, reglamentos y acuerdos.

El nuevo Presidente H. Kemp inició su marcha buscando medios de subsistencia: “Ampliación de giro ante SII para la importación y compraventa de motores de aviación”.

Como en un año escolar cualquiera, el 27 de Noviembre rindieron exitoso examen de Piloto Privado: Chapuzeau y Konow

En 2004 el aniversario no fue tan triste como en el año anterior. No solo se celebró el Martes 13 de Enero, la fecha correcta, sino también en un ambiente de amistad que parecía acercarse a la camaradería tradicional de antaño. Un Director ofreció por un cuarto de su valor, una buena tierra para recuperar el estilo de casa-hogar que el Club había habitado en Pampa Alegre. Repartieron premios por todas las razones. Recordaron a los antiguos fundadores y les ofrecieron el jugo de la vid en repetidas oportunidades. Recordaron que Dobri Dobrew cumpliría setenta años como piloto y acordaron  dedicarle una publicación en el Diario Austral. Encontraron que el casino era bueno y acordaron extenderlo hacia el norte con una sala destinada a la mesa de pool de patas regordetas y otros juegos que ampliasen la cultura más allá de la aviación, lo que encargaron al

Presidente honorario H. Keim quien aceptó con su tradicional entusiasmo.

Comenzaba a manifestarse cierta cohesión también extendida a la conquista de personas a quienes atraer al Club. Desgraciadamente la elección resultó no en atraer camaradas, sino apenas camarillas. De esos llegó un socio que en pocos meses y antes de empezar a volar, formó parte de comisiones que hubieran exigido antigüedad y conocimiento del club y de aviones. Enviaba cartas criticando las resoluciones de sus jefes y pagaba su ingreso con un programa cibernético que nunca funcionaría.

Las buenas intenciones innegables de un proyecto de unidad no pasaron de ser una cosmética que permitía el paso de una corriente oculta que luego se hizo sensible. Como si fueran dos clubes; mientras unos tallaban por el orden, la formación recta, la proyección del capital humano, la clarificación de normas, el justo reparto de beneficios, otros querían dirigir las acciones con la mirada en el momento para los beneficios y en el futuro para eliminar los obstáculos de su singular camino: sin verdad en el dicho, ni equidad en el hecho, ausente la razón y exacerbado un mando carente de respaldo.

Así como el ruido del agua delata a las piedras del estero, el 16 de Marzo se divisó su lecho. La corrección que hiciera el Prosecretario al Secretario: ”no es la diecinueve ava; es la décimo novena sesión ”, produjo la indignación y luego la cohesión de un corpúsculo con la reacción que le era propia.  Una cadena de infortunios por venir.

El invierno se encargó de anunciar la Asamblea para Elección Directorio: Kemp, Ugarte, Pérez, Larson, Neumann, J. Gonzalez, L. Momberg, F. Riquelme. EE VV: Larson. Los recién elegidos no tuvieron demora en encontrar aplicación a sus cargos: El balance que nunca concluía, el programa de computación que nunca funcionaba.

En eso estaban cuando un piloto se accidentó, sin nunca saber por qué, capotando con el PA 18 SOK en puerto Varas en un día despejado y calma. Por eso ocuparon el resto del año en el estudio de seguro para los aviones y la responsabilidad de quien, cuanto y como, en cada caso.

En la última sesión del año, se recibió la renuncia del Director de la Escuela de vuelo y la de un diligente Director de la mesa.

La bulla cesaba en las casas de los campos cuando, ya en 2005, las y los jóvenes se alistaban para lucir la nueva 4 X 4 en la ciudad y los nietos se esparcían en busca de las motos y caballos. Atrás quedaba la casa en el mediano silencio del orden y la limpieza, la recogida de la mesa del desayuno repleta de platos untados de mermeladas y kuchen. A esa misma hora regresaban los patrones luego de admirar sus silos, la segunda corta de pasto y la distribución de faenas. Así transcurría la vida de los naturales de la tierra, aún un tanto ajenos a las pasiones y ambiciones de la urbe.

En la ciudad se concertaban convenios, citas, reuniones, consultas; todas con el guión de una caminata apresurada sobre un pavimento reverberante de sol en picada que lejos de secar mojaba las espaldas y algo más que era delatado por quienes hacían fila en los bancos donde exhalaban los frutos del huerto o la selección del gourmet.

Al Club Aéreo le correspondían las cosas del aire, pero sin posibilidad de separar las de la ciudad con la de las del campo ni de nada que concerniera a otro. Preparaban el aniversario con comida y campeonato, Luego, los exámenes de la DGAC, la regulación para el ingreso de nuevos socios, los comisionados por el Club a la reunión de Fedach en Parral y las tantas cosas propias de los clanes aviáticos.

Sin embargo algo más ocurrió, propio de ese insólito ámbito. Una citación a declarar para muchos miembros del Directorio, ante la Fiscalía Militar, lo que fue sólo un eslabón en la cadena de daños y dolores provocados por la soberbia, el egoísmo y el apetito que un par de Directores habían dejado detectar un año antes. Las buenas relaciones aparentes perdieron su aspecto engañoso. Un director se retiró y otro eligió remoto destino. La tirantez creció, las prebendas se hicieron evidentes y la persecución también.

Y llegó la calma post tormenta con aire tibio, húmedo y cargado de electricidad. La aviación deportiva trastabillaba por el nuevo desorden nacional, imposiciones y restricciones, costos alzados y más. Finalmente habiendo perdido de vista los beneficios esperados, resolvieron abandonar el tutelaje de la FEDACH.

En una tardía asamblea general, en Julio, un nuevo directorio debería intentar recalcular nuevo curso sobre un cubierto de nimbustratus: H. Kemp, A. Ugarte, F. Riquelme. H. Glimann, E. Torrealba, E, Gonzalez, J. Gonzalez, L.  Momberg y C. Hasse.-Presidente Honorario: H. Keim.

Quedaban 47 pilotos de los 16 que estaban en condición de volar. Eliminaban a una secretaria y el nuevo jefe de la escuela y a un instructor.

El Presidente honorario no escatimaba esfuerzo y activo en el directorio, organizaba raids a Litral con almuerzo y celebración. Otros se preocupaban de obtener seguro para los aviones, de mejorar  y reglamentar el uso de casino, de alejar al socio comerciante de vuelos, de recuperar el avión capotado, el Tesorero, de quitarle el rojo a veinte millones, de nombrar un socio honorario, de conseguir que un socio objetado en su ingreso cumpliera sus compromisos, de conseguir la recuperación de una pista abandonada.

No habiendo más que tratar, se cerró el año en 31 de Diciembre

En alguna fecha de Enero de 2006 posiblemente hayan celebrado el aniversario del Club los concurrentes más perseverantes, que eran los mismos que más frecuentemente podían superar los inconvenientes de costos y alguna vez a medio costo, para disfrutar de pequeños raids en compañía del instructor.

Vuelos muy particulares no estuvieron ausentes de algún chascarro como el “primer vuelo sólo” de la puerta y ventana de un PA 18, desprendidas de forma inexplicable y recuperadas luego, desde la inmensidad de las profundas praderas de Contulmo.

Cuando los días y las noches se igualaban, la directiva se abocó a lo propio:

Se fue un gerente y llegó otro

Finiquitaron al encargado del casino y reordenaron el casino.

El instructor Alfa denunció a un socio, por uso comercial de los aviones y expulsaron al socio

Verificaron que el programa de computación de Castillo no funcionaba. Expulsaron a Castillo junto a otros dos morosos inactivos.

En Junio, cuando la temperatura ambiente bajaba a  menos  cuatro grados; en asamblea ordinaria, entraron a reemplazar a los que completaban su período en el Directorio. Fueron elegidos: Stolzenbach, J. C. Fröhlich y A. Weil.

Los retazos de bien raíz que quedaban en Pampa Alegre, ingresaron al escenario de este segundo acto, porque el nuevo desorden nacional proyectaba un suculento aumento de impuestos a los terrenos eriazos. Expuesta la situación, en el acto se manifestó un interesado y quince días más tarde se recibía la tasación oficial de un perito bien conocido en la ciudad. Nada más ocurrió.

Y nada más ocurrió hasta cuando expiraba Diciembre. Alfa inexplicablemente se retiró del Directorio

Mientras que en Santiago en 2007 se pone en marcha el controvertido Transantiago, acá el que había sido objeto de una infamia criminal, pudo finalmente comunicar a DGAC y al Club el sobreseimiento dictado por la Corte Marcial. Al mismo tiempo reclamaba el reembolso de gastos, pretendiendo el tratamiento que se había dado a los otros miembros y Directores del Club, relacionados al caso, pero le fue negado hasta por cuarta vez.

*

Aquí termina la recopilación de información sobre materias tratadas por el Directorio del CAO entre 1941 y 2007 efectuada por Rodolfo Larson. Se conservó el lenguaje coloquial y a veces irreverente de su autor. Nos pareció de toda justicia dar con ello un testimonio de su transparencia, buenas intenciones y por sobre todo, su amor por la verdad a cara descubierta. Agradecemos en forma póstuma su fraternal gesto de permitirnos publicar su trabajo. Una valiosa contribución a nuestra historia aeronáutica.

Categories: Crónicas

1 Comment

Giancarlo Garlaschi Podesta · Marzo 5, 2024 at 9:08 am

Mis primeros pasos en la Aviacion Comercial fueron guiados por Don Rodolfo Larson.
Una persona entusiasta , amable, relajada y hasta paternal en el buen sentido de esta palabra .
Mis Jefes : Sres. Renato Rioseco y R. Fuica , duenos de Linea Aerea Aerocruz del Sur me mandaron unos tres dias a Clases con Don Rodolfo Larson.
En Paz descanse Don Rodolfo fue un Honor conocerlo y ser su Alumno .

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