En nuestra larga asociación…con la aviación…, recuerdo con claridad y nostalgia mi convivencia con Hernán Tapia. El día que hice mi primer vuelo en el DC-3, en marzo del sesenta – al regresar – después de este vuelo primerizo a Copiapó, conocí en la camioneta a Hernán Tapia Contardo que regresaba de otro vuelo y me impresionó y envidie su juventud y sus tres galones de Capitán.
Mi primer vuelo había sido entre novedoso y humillante, dándome cuenta de lo poco que sabía y lo mucho que tendría que aprender para llegar a tener tres galones y miré con pena mis escuálidos galón y medio en la manga de mi uniforme que me quedaba grande en todo aspecto.

El Capitán Tapia me preguntó quién era y como me había ido…y yo le respondí con sinceridad y humildad. Y después de escucharme, el me dio varios consejos que nunca olvidaré.

Posteriormente volamos muchas veces; pero arriba del avión su simpatía se escondía y aparecía el instructor exigente que explicaba pero demandaba resultados. y eso ocurrió a través de los años en el Convair 440 – en el DC-6B – en el Caravelle y en los Boeing 727 y  Boeing 707- a través de esta carrera aérea y a través de los años, siempre tuve a Hernán como instructor, algunas veces – y otras tantas como inspector y siempre me enseñó – exigió y aconsejó.

Y de allí nació una amistad sincera aérea que posteriormente fue terrenal al mudarse el y Patricia al Manzano – donde fuimos vecinos hasta que se fue Patricia y hoy día, en que despega Hernán hacia la eternidad – donde moran los que ya se fueron y que nos esperan con amor y cariño después de haber convivido en el mundo humano.

Comandante Hernán Tapia Contardo…un abrazo celestial y que tengas un lindo vuelo hacia el más allá, donde no me cabe duda que Patricia Taha te está esperando….

Tu amigo, Max Astorga.


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