(Un renovado compromiso en los 68 años de existencia ininterrumpida de LAN CHILE)
El 27 de febrero de 1997, en vísperas del 68º aniversario de LAN se emitió la siguiente circular a los Capitanes y Primeros oficiales de B-737 (Jefe de Operaciones B-737 Sr. Flavio Eggers), B-757 y B-767 (Jefe de Operaciones B-767 Sr. Roberto Parragué), con énfasis en el tema de la formación de pilotos desde la perspectiva de los estándares de vuelo. Eran los tiempos del Gerente de Operaciones, Sr. Jorge Morgado, del Sr. Marcello Marchesse (*) Asesor de la Gerencia de Operaciones y Servicios al Pasajero y del Sr. Julio Casanueva en Capacitación de Vuelo. No obstante, el tiempo transcurrido se observan criterios de validez permanente, incluso con vigencia absoluta en la actualidad, particularmente por la creciente demanda de pilotos a nivel global.
“En LAN CHILE la instrucción formal de los pilotos está encomendada a nuestros instructores y monitores, especialmente capacitados para ello. Son ellos los que dirigen y evalúan los procesos de instrucción iniciales, periódicos y de transición. Constituidos en Consejo de Instructores/Inspectores participan activamente en la formulación de las políticas operacionales y en la elaboración y mantención de los procedimientos operacionales estándar (SOP) de sus respectivas flotas.
No obstante, lo anterior, debemos tener presente que, en el caso de los Primeros Oficiales, los ciclos formales de su desarrollo profesional sólo establecen los requisitos básicos de capacitación que posteriormente serán pulidos y perfeccionados en la línea de vuelo. Es ahí en la línea, donde los Capitanes juegan un papel muy importante en la orientación y formación de los Primeros Oficiales, especialmente por presencia y el ejemplo.
También es cierto que, a pesar de estar sometido al rigor de los chequeos periódicos formales para medir su nivel de eficiencia, el Primer Oficial es un piloto que debe ser considerado “en formación” (a Capitán) por todo el período que desempeña tales funciones. Por lo tanto, cada Capitán, por ascendiente y nivel profesional, debe considerarse un elemento de apoyo a la gestión realizada en lo formal, por el cuerpo de instructores. Para ello debe preocuparse de ser percibido como aquel modelo de piloto, que, en el proceso formal, se le ha tratado de inculcar al Primer Oficial. Debe haber consistencia entre lo que se le ha enseñado al Primer Oficial y lo que observa posteriormente en el ejercicio de la actividad de cada Capitán, en la línea de vuelo.
El entrenamiento formal que imparten los instructores, otorga conocimientos y habilidades, pero, sobre todo, sanos hábitos de operación. Traducir finalmente todo lo aprendido en una aplicación permanente y disciplinada de los procedimientos, es la base para lograr en el futuro un Capitán profesional competente. Eso sólo se alcanzará con una incesante práctica bajo la supervisión del Capitán en cada vuelo, hasta transformarse en un patrón de conducta sólidamente instalado en la mente del Primer Oficial. Los Capitanes son el complemento indispensable de todos los procesos formales, académicos y de entrenamientos prácticos, que se programan dentro de la compañía. Si el entrenamiento formal otorga el conocimiento y la habilidad; la práctica en la línea, junto al Capitán, va construyendo la experiencia, moldeando la conducta y fijando la disciplina.
Los Capitanes son importantes transmisores de la cultura operacional de la compañía, que es sin duda nuestro activo más importante. ¡Cultura que se ha forjado durante el ejercicio ininterrumpido de operaciones aéreas con los más diversos tipos de aeronave y distintas condiciones de vuelo durante ya 68 años! Es una cultura basada fundamentalmente en:
Si bien la contribución de varias generaciones de pilotos durante estos 68 años y la capacidad de ir amoldando los conocimientos y experiencias acumuladas a los nuevos desafíos de la aviación actual, ha sido importante, lo es aún más el compromiso de los Capitanes de hoy, en la formación del elevado contingente de Primeros Oficiales en camino de ser nuestros futuros Capitanes.
La renovación de este compromiso tiene que ver con la situación de significativo crecimiento que está experimentando nuestra empresa y obedece, sobre todo, a los intereses superiores y permanentes de LAN CHILE. Cada piloto de LAN CHILE es en gran medida fruto de su personal y constante lucha por una superación profesional en un medio difícil y de siempre limitados recursos. Tal vez por ello LAN CHILE ha logrado mantener un prestigio en sus operaciones de vuelo, que en nada desmerece al de grandes compañías que destinan ingentes recursos y cuentan con elementos altamente sofisticados para apoyar la formación de sus pilotos. Es un logro que los Capitanes que hicieron y siguen haciendo la historia de LAN CHILE, pueden exhibir con legítimo orgullo.
La celebración de un nuevo aniversario, en el próximo mes de Marzo, es una buena oportunidad para acometer con nuevos bríos esta tarea de apoyo a la formación de los Primeros Oficiales. Si bien puede imponer mayores exigencias a la propia gestión, también ofrecerá la retribución siempre grata de ser partícipe activo en la construcción del futuro cuerpo de Capitanes de una empresa, que ambiciona proyectarse definitivamente como algo grande.
No se trata que cada vuelo se transforme en una ingrata sesión de críticas y reprensiones, sino más bien en una paciente y amable transferencia de experiencia. Esta transferencia ha de ser, medida y gradual, considerando el nivel de desarrollo y tiempo de permanencia en su función del Primer Oficial. Si durante el desempeño un Capitán detecta que existen deficiencias importantes, que las observaciones o consejos no logran superar y constituyen un obstáculo serio en el proceso formativo, debe reportarlo formalmente con todo detalle a Operaciones de Vuelo con el objeto de iniciar, si fuera necesario, el proceso de recuperación correspondiente.
Tampoco debe olvidarse que el Capitán es un personaje público, no sólo para los pasajeros sino también para los Primeros Oficiales. Su imagen es tan importante como su habilidad y profesionalismo. Para que la gestión formadora del Capitán alcance su máxima eficacia, es esencial que el Capitán luzca siempre una imagen impecable y merezca por ello el más absoluto respeto y admiración del Primer Oficial. Factores importantes en esta imagen que debe irradiar el Capitán, están entre otros: su sinceridad y cortesía en el trato, su lealtad y discreción para referirse a sus pares, ausencia de toda petulancia, su vestimenta y apariencia exterior en concordancia con su condición de Capitán y su preocupación por imponer en el medio, un lenguaje educado en que no tenga cabida términos ni expresiones que sólo producen descrédito a quien los emplea y menoscaban su ascendiente”.
(*) Marcelo Marchesse, Ingeniero Civil Mecánico (U. Sta. María), ingresó recién recibido para hacerse cargo del Mantenimiento Mayor de las Turbinas de los aviones de LAN. En 1996 pasaría a desempeñarse como Sub Gerente de Administración y Control de Operaciones, para retirarse luego en 1998 y asumir labores en la empresa FINNING (venta, servicio y arriendo de generadores, proyectos de Ingeniería, motores Industriales y Marinos). Hoy es Presidente de FINNING Sudamérica.
Esta Circular de Operaciones Nª 21(emitida por la Sub Gerencia de Estándares de Vuelo) que hemos transcrito, probablemente no se habría emitido sin su esfuerzo por cambiar los paradigmas imperantes en la administración de pilotos. Nos motivó a dejar la administración algo artesanal de pilotos por un modelo más exigente y de acuerdo a la implementación de criterios y herramientas más sofisticadas. Es un legado que hoy está tan vigente como hace 20 años.
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