Superando a veces difíciles momentos de la política contingente, LAN CHILE (hoy LATAM) se ha destacado en sus 90 años de vida como un servidor de la comunidad nacional e internacional. Primero como empresa del Estado y luego como empresa privada, teniendo como único norte su permanente afán de crecer y perfeccionar la calidad de sus servicios. Fue capaz de adaptarse exitosamente a los más diversos estilos y criterios de gestión, acumulando con ello una invaluable experiencia.

Todo comenzó el 5 de Marzo de 1929 cuando, tras un mes y medio de “marcha blanca”,  el Comandante Arturo Merino Benítez estimó que  estaba  listo  para hacer realidad – con sus monomotores  De Havilland  Gipsy Moth  y con sus pilotos -,  la  idea de un servicio aéreo regular de raíces chilenas. Queda para la historia el acta que se suscribe en la ocasión: “En El Bosque, a cinco días del mes de Marzo de mil novecientos veintinueve, yo, Carlos Ibáñez del Campo, General de Brigada y Presidente de la República, ante mis Ministros y demás funcionarios que firman esta acta, declaro inaugurada oficialmente la LÍNEA AEROPOSTAL SANTIAGO-ARICA”.

Lo que nacía a nivel doméstico regional se expandiría como LAN CHILE  a nivel nacional e internacional, para culminar, conforme a la globalización de la industria, en lo que es LATAM hoy. Son noventa años de crecimiento continuo gracias a gente audaz, innovadora y visionaria que en sus diversas etapas vieron en la aviación la oportunidad de un enorme progreso para el país.

Primero se uniría por vía aérea el territorio nacional con su desmembrada geografía y aislamiento poblacional. Más tarde el esfuerzo se encaminaría a conectarnos en forma cada vez más expedita y extendida con el resto del mundo.

El camino, por cierto,  no siempre fue fácil. La precariedad de los inicios solo se superaría  con muchos sacrificios y en ocasiones, trágicos por cierto, al precio de la misma vida. Sin embargo habrá pilotos que complacidos, nos observarán desde alguna galería de imágenes, como mudos testigos de lo que ayudaron a construir.

A lo largo de los años diversas políticas marcaron el carácter del desarrollo de esta empresa. Creció bajo el amparo de un monopolio estatal, única manera de lograr una estatura suficiente   para sostenerse ante la agresiva y creciente competencia extranjera. Súbitamente, en los 70, cambiaron los criterios económicos y LAN CHILE estuvo al borde de ser desahuciada para ser reemplazada por empresas menores que operaban en el sector privado. Hubo personas que valientemente se opusieron a ponerle la lápida y se llegó finalmente al compromiso de continuar pero con las exigencias propias de una  empresa privada.

Fue una etapa agitada con altos y bajos, buscando caminos para afianzarse en este nuevo y duro entorno  de libre mercado. Todo esto se consolidaría dentro del marco de  una política de cielos abiertos  y de las exigentes normas del  nuevo Código Aeronáutico de Chile  en 1995.

Gracias a esas pautas estables para la  aviación comercial en nuestro país,  se comenzaron a sumar nuevos actores con nuevas ideas que le dieron a la actividad un impulso insospechado. Un fenómeno que habla muy bien de las enormes capacidades de nuestro país para emprender proyectos que como LATAM, heredera de LAN CHILE, podríamos calificar de dimensiones y de clase mundial.

Pero su éxito no ha sido producto del azar. Lograr la dimensión actual de la empresa implicó  que  una generación de jóvenes ejecutivos tuviera que enfrentarse previamente con la dificultad de superar la crónica y persistente  resistencia al cambio. Un pequeño grupo de personas con experiencia, especialmente en las áreas técnicas, los acompañaría  con entusiasmo en su revolucionario espíritu de innovación.

Cuando en este 5 de Marzo emprendan los pasajeros su  vuelo con destino a Arica, volverán a  recorrer la huella trazada hace  90 años por el Gipsy Moth Nº 9 del Teniente Arturo Meneses con su pequeña pero valiosa valija de correo.  Muchas generaciones de pilotos  seguirían los pasos del Teniente Meneses. A pesar de la gran movilidad laboral en la actualidad, en la mayoría de los casos son  pilotos que históricamente han  mantenido una gran fidelidad a su empresa. Sin embargo, el amplio campo laboral que se abre hoy a los pilotos chilenos en distintos cielos del orbe,  habla muy bien  del alto estándar alcanzado por nuestros profesionales que son capaces de integrarse a los más distintos ámbitos y culturas de gestión aeronáutica.

En todo caso es una garantía que los pilotos permanezcan mayoritariamente  fieles a una sola empresa a la que ofrecen sus capacidades profesionales por una vida entera. Muchas líneas aéreas cuentan en sus sedes principales espacios especiales donde son honrados esos pilotos que con el ejercicio de su profesión se han transformado en garantes de los valores que más prestigio le dan: la seguridad de las operaciones y la preocupación por una calidad de excelencia del servicio a los pasajeros.

En este nuevo aniversario serán  miles los trabajadores de LAN / LATAM (entre los que cabría destacar en forma especial al Sr. Ciro Correa Lecaros, empleado residente en Miami recientemente distinguido por sus 60 años  de servicio ininterrumpido en la empresa), que en los diversos ámbitos del quehacer de una línea aérea, tanto en tierra  como en el aire,  seguirán comprometidos con el servicio a sus pasajeros, si bien bajo un emblema algo distinto,  con la misma dedicación y tradición en el corazón.

Como Asociación de Pilotos en Retiro de LAN CHILE nos enorgullecemos particularmente de nuestra empresa, de su pasado, de su presente y de su futuro. Feliz aniversario!

Julio Matthei Schwarzenberg

Comandante de Aeronave LAN (R)

Categories: Crónicas

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