“…Se extraña el olor a mar en las marejadas de invierno, cuando la mar se salía y llenaba de espuma la costanera. Muchos recordaran su llegada al aeropuerto de Cavancha en un DC-6 de la Fach a mediados de los 70…
Mi bello Iquique que entre sus mares me has abrazado tantas veces…
El aeropuerto de Cavancha, además de estar en medio de la ciudad, su pista era cortísima y un verdadero resbalin gigante! En la cabecera norte era muy alta, bajando aceleradamente, y más o menos al terminar el primer tercio, empezaba a subir, para terminar justamente a la orilla de la playa por donde pasaba un camino que iba al sur de Iquique. Muy pronto, las autoridades se percataron de lo peligroso que resultaba el hecho que pasara este camino por la cabecera sur de la pista. Entonces, adivinen qué paso! Pusieron una barrera, de esas de ferrocarril, con una caseta para el guardabarrera. ¿Qué me dicen?, astuta la idea!!…
Claro que como todas las cosas en nuestra “larga y angosta faja de tierra”, muchas veces no estaba el señor que cuidaba la barrera, por lo tanto los buses, camiones y “demás” vehículos pasaban mientras nosotros hacíamos malabarismos, cuando ya en el final, nos encontrábamos con la sorpresa, de una micro, o auto, o lo que sea, acercándose; y calculábamos que íbamos a converger en el punto fatídico y no sabíamos, si en ese momento estaría o no el guardabarrera. En las noches, con la temperatura y la humedad, se formaba en la cabecera sur, una ilusión óptica que distorsionaba bastante la visión, para poder calcular la altura que teníamos con respecto a la pista. Fue así como un DC-6B de LAN tocó tierra un poco antes del principio de la pista, vale decir, casi en la rompiente de la ola, lo que hizo borrar el tren de aterrizaje. Pero, como “San LAN” trabaja horas extras, no hubo desgracias personales.” (Recuerdos de un Funcionario de LAN)
Fotografía: Aeropuerto Cavancha ( A don Sergio le merece duda que la foto realmente corresponda a Cavancha (“los cerros son muy bajos y muy cerca de la pista…”).
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